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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Dolor intenso en el flanco.

  • Náusea y vómito.

  • Identificación en la CT sin medio de contraste o ecografía.

GENERALIDADES

La frecuencia de la litiasis urinaria como enfermedad de las vías urinarias solo está rebasada por las infecciones y la enfermedad prostática y se calcula que afecta a 240 000 a 720 000 estadounidenses cada año. La prevalencia de cálculos renales ha aumentado a 8.8%, o 1 de cada 11 estadounidenses, lo que representa un incremento del 70% en los últimos 15 años. Aunque la urolitiasis afecta con mayor frecuencia a hombres que a mujeres, con una proporción de 1.5:1, la prevalencia de la litiasis en las mujeres se ha elevado. El cuadro clínico inicial casi siempre aparece entre la tercera y quinta décadas de edad y más del 50% de los pacientes se convierte en formadores recurrentes de cálculos.

Para que se integre un cálculo es necesario que la orina esté saturada, lo cual depende a su vez de la concentración de soluto, potencia iónica y formación de complejos. Existen cinco tipos principales de cálculos urinarios: oxalato de calcio, fosfato de calcio, estruvita (fosfato amónico de magnesio), ácido úrico y cistina. Los tipos más frecuentes se componen de oxalato de calcio o fosfato (85%) y por esa razón la mayor parte de los cálculos es radiopaca. Los cálculos de ácido úrico pueden ser radiolúcidos, aunque muchas veces se componen de una combinación de ácido úrico y oxalato de calcio, por lo que son radiopacos. Los cálculos de cistina tienen a menudo apariencia de vidrio esmerilado con bordes lisos y son radiolúcidos.

Los factores geográficos contribuyen al desarrollo de cálculos. Las áreas con humedad alta y temperaturas elevadas parecen contribuir a este trastorno; la incidencia de cálculos ureterales sintomáticos es mayor durante los meses cálidos del verano. Las tasas de incidencia más altas también se han vinculado con un estilo de vida sedentario, obesidad, hipertensión, resistencia a la insulina y control deficiente de la glucemia, calcificación carotídea y enfermedad cardiovascular.

Muchos fármacos de prescripción frecuente elevan el riesgo de desarrollar cálculos renales, incluidos los inhibidores de la anhidrasa carbónica (topiramato, zonisamida, acetazolamida), corticoesteroides sistémicos (prednisona), antirretrovirales inhibidores de la proteasa (indinavir), fármacos para la gota (probenecid), diuréticos (furosemida, bumetanida, torsemida, triamtereno), descongestionantes (guaifenesina, efedrina) y laxantes (si se abusa de ellos para perder peso). El riesgo de litiasis por la complementación con calcio es controversial. Por lo tanto, si hay una necesidad médica del complemento de calcio, se recomienda tomarlo con las comidas y limitar la ingestión diaria total a no más de 2 000 mg de calcio (incluidas las fuentes dietéticas).

La hidratación insuficiente es otro factor dietético muy importante en el desarrollo de cálculos urinarios. Debe alentarse a los formadores de cálculos a beber suficiente líquido para mantener la orina clara o amarilla clara en todo momento, ...

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