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INTRODUCCIÓN

En 10% a 15% de los pacientes se observan complicaciones menores de la alimentación por sonda. Los problemas gastrointestinales incluyen diarrea (el más frecuente), vaciamiento gástrico inadecuado, vómito, esofagitis y algunas veces hemorragia gastrointestinal. La diarrea relacionada con alimentación por sonda puede ser resultado de la intolerancia a la carga osmótica o a alguno de los macronutrimentos (p. ej., grasa, lactosa) en la solución. Los pacientes que reciben este tipo de alimentación también pueden tener diarrea por otras causas (como puede ser el efecto secundario de antibióticos u otros fármacos, o por infección, etc.) y siempre deben investigarse dichas posibilidades en las circunstancias adecuadas.

Las complicaciones mecánicas de este tipo de alimentación pueden ser las más graves. La aspiración tiene importancia particular. Todos los pacientes que reciben alimentación por sonda nasogástrica tienen riesgo de sufrir esta complicación que pone en peligro la vida. La limitación de este apoyo nutricional a personas que pueden proteger bien sus vías respiratorias y la vigilancia cuidadosa de quienes se alimentan por sonda deben reducir estas complicaciones graves a 1% a 2% de los casos. Las complicaciones mecánicas menores son frecuentes, como la obstrucción y el desplazamiento de la sonda.

Las complicaciones metabólicas durante el apoyo con nutrición entérica son habituales, pero casi siempre fáciles de tratar. El problema más importante es la deshidratación hipernatrémica, que se observa más a menudo en ancianos que reciben exceso de proteínas y son incapaces de responder a la sed. También puede haber alteraciones del potasio, glucosa, producción de CO2 y del equilibrio acido-básico.

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