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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Antecedente reciente de infección dental, traumatismo abdominal colocación de dispositivo intrauterino anticonceptivo.

  • Neumonía crónica o absceso intraabdominal o cervicofacial poco activos.

  • Formación de trayectos sinuosos.

GENERALIDADES

Actinomyces israelii y otros Actinomyces se encuentran en la flora normal de la boca y las criptas amigdalinas. Son bacterias filamentosas ramificadas, grampositivas y anaerobias (1 µm de diámetro) que pueden fragmentarse en formas bacilares. Cuando se introducen en el tejido traumatizado y se asocian con otras bacterias anaerobias, estos actinomicetos se vuelven patógenos.

El sitio más frecuente de infección es la zona cervicofacial (casi 60% de los casos). Por lo general, la infección es consecutiva a la extracción de un diente u otro traumatismo. Pueden aparecer lesiones en el aparato digestivo o los pulmones después de la ingestión o la aspiración del microorganismo desde su fuente endógena en la boca. Resulta interesante que T. whipplei, el microorganismo causal de la enfermedad de Whipple, sea un actinomiceto y, por tanto, tenga relación con las especies que ocasionan actinomicosis.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

A. Síntomas y signos

1. Actinomicosis cervicofacial

Se desarrolla lentamente, la región se torna notoriamente indurada; la piel suprayacente, eritematosa o cianótica. Al final, los abscesos drenan hacia la superficie y persisten durante periodos prolongados. Se pueden observar “gránulos de azufre”, es decir, masas de microorganismos filamentosos, en el pus. La mayor parte de las veces el dolor es reducido, a menos que haya una infección secundaria. El trismo indica que los músculos de la masticación están afectados. La radiografía puede revelar afectación ósea. La enfermedad cervicofacial o torácica puede afectar en ocasiones el sistema nervioso central, más a menudo en forma de absceso cerebral o meningitis.

2. Actinomicosis torácica

La anomalía torácica se inicia con fiebre, tos y producción de esputo, sudores nocturnos y pérdida de peso. Muchas veces hay dolor pleurítico. Se pueden extender múltiples senos a través de la pared torácica hacia el corazón o la cavidad abdominal. También se afectan las costillas. La radiografía muestra zonas de consolidación y, en muchos casos, derrame pleural.

3. Actinomicosis abdominal

Casi siempre provoca dolor en la región ileocecal, fiebre en espigas y escalofrío, vómito y pérdida de peso; se puede confundir con la enfermedad de Crohn. Tal vez se palpen masas abdominales irregulares. La enfermedad inflamatoria pélvica por especies de Actinomyces se ha asociado con el uso prolongado del dispositivo intrauterino. Los senos pueden tener drenaje hacia el exterior. La CT revela una masa inflamatoria que se extiende hasta afectar el hueso.

B. Datos de laboratorio

Los microorganismos anaerobios grampositivos pueden demostrarse como gránulos o filamentos mediante esa misma tinción, con ramificación dispersa dentro del pus. Es necesario ...

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