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Aunque la detección de trastornos del colesterol en todos los niños todavía es controversial, los adultos deben medir sus lípidos antes de la edad madura. Los pacientes con CVD y diabetes ameritan el mayor escrutinio de los lípidos porque tienen el riesgo más alto de sufrir manifestaciones adicionales en el corto plazo, por lo que tienen más que ganar con la reducción de los lípidos. Las medidas complementarias para disminuir el riesgo de ateroesclerosis se describen en el capítulo 10-10 y 10-14; la reducción de lípidos debe ser sólo una parte del programa para disminuir la progresión y los efectos de la enfermedad.
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La mejor estrategia de detección y tratamiento para los adultos que no tienen enfermedad cardiovascular ateroesclerótica es menos clara. Se han desarrollado varios algoritmos para guiar al médico en las decisiones terapéuticas, pero el tratamiento siempre debe individualizarse con base en el riesgo del paciente para maximizar el beneficio neto.
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A pesar de que las guías de ACC/AHA de 2018 recomiendan la detección sistemática en busca de hipercolesterolemia en todos los adultos ≥ 20 años, el United States Preventive Services Task Force de Estados Unidos (USPSTF) sugiere comenzar a los 20 años de edad solo si existen otros factores de riesgo cardiovasculares como consumo de tabaco, diabetes, hipertensión, obesidad o el antecedente familiar de enfermedad cardiovascular prematura. Para varones con otros factores de riesgo se recomienda la detección desde los 35 años. La USPSTF no emite recomendaciones a favor o en contra de la detección habitual para trastornos en los lípidos en pacientes de 20 a 35 años sin riesgo elevado. Aunque no hay un intervalo establecido para los estudios de detección, éstos pueden repetirse cada cinco años para pacientes con riesgo medio o bajo, y con más frecuencia cuando las concentraciones se acercan a los umbrales terapéuticos.
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En las personas sin CVD se debe calcular el riesgo de CVD a 10 años y también debe considerarse el riesgo de por vida. A pesar de que se recomienda el tratamiento en las personas con colesterol de LDL > 190 mg/100 mL (4.91 mmol/l) independientemente del riesgo a 10 años de enfermedad cardiovascular, también se recomienda en los demás pacientes el tratamiento con base en su riesgo cardiovascular global. Aunque otras calculadoras (como SCORE o QRISK) pueden ser más apropiadas en otras partes del mundo, el mejor método para calcular el riesgo a 10 años en Estados Unidos es el de Pooled Cohort Equations. Se introdujo por primera vez en los lineamientos de 2013 del ACC/AHA, Pooled Cohort Equations incluye ecuaciones separadas para pacientes de raza blanca y negra, y calculan el riesgo a 10 años de infarto miocárdico, accidente cerebrovascular y muerte cardiovascular. Esto representa una mejoría sobre la antigua calculadora Framingham a 10 años (eCuadro 28–2), que incluye el riesgo de CHD, pero no el de accidente vascular cerebral. La calculadora de riesgo del ACC/AHA ...