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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Síntomas de dispepsia, pérdida de peso o anemia.

  • Anomalías variables en la serie esofagogastroduodenal o endoscopia, como pliegues gruesos, úlceras, tumoraciones o lesiones infiltrantes; el diagnóstico se establece por biopsia endoscópica.

  • Se requiere CT abdominal y ecografía endoscópica para la estadificación.

GENERALIDADES

Los linfomas gástricos pueden ser primarios (originados en la mucosa gástrica) o representar un sitio de afectación secundaria en individuos con linfomas ganglionares. Es esencial distinguir entre el linfoma gástrico primario avanzado con diseminación ganglionar adyacente y el linfoma ganglionar avanzado con diseminación gástrica secundaria, porque el pronóstico y tratamiento de uno y otro son diferentes. El linfoma primario es el segundo cáncer gástrico más común y constituye entre 3% y 5% de los cánceres gástricos. Más de 95% de éstos son linfomas no Hodgkin de células B, que consisten sobre todo en linfoma de tejido linfoide relacionado con la mucosa (MALT, mucosa-associated lymphoid tissue) y linfoma difuso de células B grandes. El linfoma gástrico de células T, vinculado con la infección por HTLV-1, es poco frecuente y constituye 7% de los linfomas gástricos primarios.

Un factor de riesgo importante para el desarrollo de un linfoma gástrico primario es la infección por H. pylori. La infección crónica con este microorganismo causa una reacción inflamatoria linfocítica intensa que puede conducir al desarrollo de folículos linfoides. Más de 90% de los linfomas gástricos tipo MALT primarios de baja malignidad se acompañan de infección por H. pylori. Se ha postulado la hipótesis de que la estimulación antigénica crónica puede inducir linfoproliferación monoclonal que puede culminar en un linfoma de baja o alta malignidad.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y ESTADIFICACIÓN

La presentación clínica y el aspecto endoscópico del linfoma gástrico son similares a los del adenocarcinoma. La mayoría de los pacientes tiene dolor abdominal, pérdida de peso o hemorragia. Los enfermos con linfoma difuso de células B grandes tienen mayor probabilidad de mostrar síntomas sistémicos y tumor en fase avanzada. En la endoscopia, el linfoma puede aparecer como una úlcera, tumoración o lesión que se infiltra de manera difusa. Tiende a tener infiltración horizontal en lugar de la extensión vertical observada en los adenocarcinomas. El diagnóstico se establece con biopsia endoscópica; la FNA no es adecuada. Dado que la enfermedad puede ser multifocal, se recomiendan biopsias de áreas sospechosas y de aspecto normal. Las muestras de biopsia deben analizarse para detectar H. pylori y, si son positivas, para t(11;18) a través de PCR o FISH. La ecografía endoscópica es el estudio con mayor sensibilidad para establecer el grado de invasión y la linfadenopatía perigástrica, por lo que debe realizarse si está disponible. En todos los casos es necesario asignar la etapa mediante CT de tórax, abdomen y pelvis. Para los linfomas MALT gástricos, con mayor frecuencia se utiliza el sistema de estadificación de Lugano. El estadio I se limita al ...

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