Los tumores testiculares secundarios son poco frecuentes. El linfoma es la neoplasia testicular más frecuente en pacientes > 50 años y es el tumor secundario del testículo más común, que representa 5% de todos los cánceres testiculares. Puede encontrarse en tres circunstancias: 1) como manifestación tardía del linfoma diseminado; 2) como presentación inicial de enfermedad oculta; y 3) como enfermedad extraganglionar primaria. La orquiectomía radical está indicada para determinar el diagnóstico. El pronóstico se relaciona con la etapa de la enfermedad.
Las metástasis testiculares son raras. El sitio primario más frecuente es la próstata, seguido de pulmones, tubo digestivo, melanoma y riñones.