++
En algunos casos, el tratamiento del cáncer subyacente con quimioterapia induce la regresión del derrame, pero con cierta frecuencia, un derrame constituye una manifestación terminal de la enfermedad. En este caso, las decisiones terapéuticas dependen en buena medida de los síntomas del paciente y los objetivos de la atención.
++
Una opción terapéutica inicial del derrame pleural sintomático es la toracocentesis de gran volumen. En algunos pacientes, el derrame se vuelve a acumular lentamente, lo que permite llevar a cabo toracocentesis periódicas cuando reaparecen los síntomas. Sin embargo, en muchos pacientes, el derrame se reacumula con rapidez y ello da lugar al rápido restablecimiento de la disnea. Para esos pacientes existen otras dos opciones terapéuticas: pleurodesis o catéter pleural permanente. La colocación de una sonda torácica seguida de pleurodesis consiste en introducir una sonda torácica que se conecta a un sello de agua cerrado. Después de confirmar la expansión pulmonar en la radiografía torácica, se inyecta un esclerosante (como talco o doxiciclina) por el catéter. Los pacientes deben recibir antes analgésicos. La pleurodesis no tiene éxito si el pulmón no puede expandirse de nueva cuenta; en estos casos puede colocarse un catéter permanente que puede drenar un familiar o una enfermera visitante. Este procedimiento también se prefiere en pacientes con expectativas limitadas de vida y en los que no responden a la pleurodesis. Los dos procedimientos señalados poseen desenlaces semejantes en términos de costo, alivio de los síntomas y otras medidas de calidad de vida.
+++
B. Derrame pericárdico
++
El líquido se extrae por medio de aspiración con aguja o introducción de una sonda para realizar un drenaje más completo. Tal y como se observa con los derrames pleurales, la mayor parte de los derrames pericárdicos se acumula otra vez. Las opciones de tratamiento de los derrames sintomáticos recurrentes incluyen el drenaje prolongado del catéter (durante varios días hasta que el drenaje descienda a 20 a 30 mL/día) o una intervención quirúrgica como una pericardiotomía o pericardiectomía.
++
Los pacientes con ascitis maligna que no responden a la quimioterapia casi siempre se someten a paracentesis de grandes volúmenes. Puesto que la frecuencia del drenaje para mantener al paciente asintomático deteriora en ocasiones la calidad de vida, se debe buscar otra opción, como la colocación de un catéter o acceso de tal manera que el paciente mismo, algún familiar o una enfermera puedan extraer el líquido conforme sea necesario en casa. Para los pacientes con hipertensión portal por grandes tumoraciones hepáticas, los diuréticos (como espironolactona 100 mg con furosemida 20–40 mg VO al día) pueden ser útiles para disminuir la necesidad de paracentesis repetida.
+
Asciak
R
et al. Malignant pleural effusion: from diagnostics to therapeutics. Clin Chest Med. 2018 Mar;39(1):181–93.
[PubMed: 29433714]
+
Bhatnagar
R
et al. Effect of thoracoscopic talc poudrage vs talc slurry via chest tube on pleurodesis failure rate among patients with malignant pleural effusions: a randomized clinical trial. JAMA. 2020 Jan 7;323(1):60–9.
[PubMed: 31804680]
+
Feller-Kopman
DJ
et al. Management of malignant pleural effusions. An official ATS/STS/STR clinical practice guideline. Am J Respir Crit Care Med. 2018 Oct 1;198(7):839–49.
[PubMed: 30272503]
+
Walker
S
et al. Malignant pleural effusion management: keeping the flood gates shut. Lancet Respir Med. 2019 Oct 25. [Epub ahead of print]
[PubMed: 31669226]