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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Antecedente de traumatismo centrofacial reciente; deben valorarse el mecanismo de lesión, la epistaxis o rinorrea, los signos de lesión previa y el inicio reciente de obstrucción o deformidad de las vías respiratorias.
A la exploración deben identificarse cualquier laceración mucosa, anomalías del tabique o hematoma septal.
Según sea la intensidad del episodio, debe descartarse lesión concurrente en ojos, sistema lagrimal, senos paranasales, dientes y cavidad oral.
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La fractura nasal como resultado de traumatismos en la región centrofacial se considera la más común de las fracturas de cabeza y cuello. Resultado frecuente de altercados físicos, en la mayor parte de los casos el traumatismo nasal no pone en riesgo la vida; sin embargo, quizá haya alteración significativa de la función y la estética si estas lesiones no se diagnostican con precisión ni se valoran a tiempo.
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La incidencia de fractura nasal es alta tanto en adultos como en niños. De las lesiones maxilofaciales, las fracturas de los huesos nasales comprenden 39% a 45% de los casos informados en adultos y hasta 45% de las lesiones en niños. En adultos, las tasas más altas de incidencia se encuentran en varones, con predominio de 2:1 sobre los casos informados en mujeres. En varones, la fractura nasal se vincula más a menudo con traumatismo intencional y es sin duda más común en el grupo de 15 a 25 años de edad. En mujeres, el traumatismo nasal es por lo general consecuencia de una lesión accidental personal y caídas, y es habitual en pacientes mayores de 60 años de edad.
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En niños es menos probable una propensión clara por el género, aunque se registran más casos en este grupo de edad. Además, hay más casos de traumatismos nasales en niños como resultado de lesión accidental relacionada con deportes y juegos en lugar de confrontaciones físicas. No obstante, es importante señalar que 30% a 50% de todas las víctimas pediátricas de abuso se presentan con lesión maxilofacial, una preocupación que no debe subestimarse, en particular cuando se valora la posibilidad de fractura oculta por edema facial.
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Debido a la posición central y prominente de los huesos nasales y a la falta significativa de apoyo esquelético para esa posición, la nariz es en particular vulnerable a fracturas como resultado de una lesión maxilofacial. Los informes indican que la cantidad de fuerza requerida para provocar una fractura de la estructura nasal es pequeña, incluso de tan solo 11 kg de presión. Hacia arriba, la estructura de los huesos nasales se torna más densa con el apoyo de la espina nasal subyacente del hueso frontal, un área más resistente a la lesión que el segmento distal adelgazado de la nariz, el cual carece de apoyo y es con mucha más frecuencia el sitio de una fractura.
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