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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
Antecedente de ingestión sospechada o confirmada con atragantamiento o tos posterior.
Exploración física que incluya auscultación pulmonar.
Síntomas al respirar o deglutir.
Alto grado de sospecha clínica.
Las radiografías simples de cuello y tórax pueden ser diagnósticas.
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En niños, la ingestión y aspiración de un cuerpo extraño son razones frecuentes para solicitar atención en la sala de urgencias y representan causas importantes de morbilidad y mortalidad en la población pediátrica. Los cuerpos extraños en la confluencia de la porción superior de las vías respiratorias y el tubo digestivo son la causa de unas 150 muertes pediátricas por año en Estados Unidos y la asfixia causa 40% de las muertes accidentales en niños menores de un año de edad. Los cuerpos extraños son todavía un desafío diagnóstico, ya que su presentación puede ser variable, desde el compromiso respiratorio potencialmente letal hasta los síntomas respiratorios sutiles que a menudo se diagnostican de manera errónea. Un alto grado de sospecha clínica puede evitar el retraso del diagnóstico.
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La mayor parte de los casos de cuerpos extraños en la confluencia de la porción superior de las vías respiratorias y tubo digestivo ocurre en niños menores de cuatro años de edad. La alta incidencia de cuerpos extraños en dicho sitio, en niños de esta edad se relaciona con su mayor movilidad, la introducción de comida para adultos, la gran propensión a llevarse objetos a la boca, la dentición incompleta y la coordinación inmadura de la deglución. Otras poblaciones en riesgo de presentar cuerpos extraños esofágicos incluyen a los pacientes psiquiátricos, personas con enfermedades esofágicas o neurológicas subyacentes y adultos desdentados. Las monedas son el cuerpo extraño que se ingiere con más frecuencia, mientras que las nueces y las semillas son el cuerpo extraño aspirado más común (fig. 41–1). Aunque por fortuna es poco frecuente, la aspiración de globos de látex se vincula con tasas de mortalidad especialmente altas.
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El episodio de ingestión o aspiración presenciado debe atenderlo un médico. Es importante preguntar a los cuidadores del niño sobre el objeto o alimento ingerido, la hora aproximada de la ingestión y los síntomas deglutorios y respiratorios que ha tenido el niño desde ese momento. También debe preguntarse sobre algún antecedente de trastornos preexistentes en la deglución. Si el niño ha aspirado o ingerido un cuerpo extraño poco común, puede ser de ayuda que los padres lleven a consulta un objeto similar.
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El daño a la mucosa circundante del sitio donde confluyen la ...