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La base del cráneo consta de tres fosas (anterior, media y posterior) (fig. 68–1). Aunque su uso está muy difundido, el término cirugía de la base del cráneo es erróneo. Solo algunos de esos procedimientos se llevan a cabo para exponer lesiones que en realidad se ubican de manera primaria dentro de la base del cráneo. La mayor parte de los procedimientos se practica para exponer lesiones intracraneales profundas y adyacentes al tronco del encéfalo (p. ej., mesencéfalo, protuberancia o bulbo raquídeo) o debajo de la corteza cerebral. Los autores prefieren el término cirugía transbasal para tumores intracraneales.
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Con anterioridad, muchos de estos tumores se alcanzaban mediante aberturas simples en la piel cabelluda, lo cual requería maniobras enérgicas amplios y con frecuencia lesivos de tracción cerebral. Hoy en día, los rinólogos y neurocirujanos recurren al acceso quirúrgico de la base anterior del cráneo a través de un acceso endonasal o transbucal asistido por endoscopia. Un equipo de neurotólogos (con experiencia en la perforación del hueso alrededor de estructuras vitales) y neurocirujanos utiliza el acceso lateral a la base del cráneo media y posterior mediante un microscopio.
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El principio fundamental de la craneotomía transbasal es la remoción del hueso de la base del cráneo para reducir al mínimo la necesidad de realizar retracción cerebral. Aunque las técnicas actuales constituyen un avance importante en la capacidad de controlar las neoplasias inaccesibles, al tiempo que se reduce la morbilidad, no son panaceas. Por ejemplo, la experiencia ha mostrado que estos procedimientos están lejos de ser convenientes en lesiones benignas (p. ej., meningiomas, schwanomas y paragangliomas) e incluso en neoplasias malignas de bajo grado (p. ej., cordomas y condrosarcomas), respecto de las lesiones malignas de alto grado (p. ej., carcinoma epidermoide, carcinoma adenoquístico y sarcomas de tejidos blandos). Cuando se diagnostica a un paciente, las opciones terapéuticas son la observación, la radioterapia, la intervención quirúrgica o diferentes combinaciones de estas opciones. Hoy en día, se hace mayor énfasis en la preservación de la función, en especial en los pares craneales, y menos la necesidad de efectuar una resección radical en muchos de los casos. Se ha establecido bien el valor de la monitorización neurofisiológica de los nervios motores dentro del campo quirúrgico. En los años de desarrollo de la cirugía de la base del cráneo, los procedimientos en dos etapas eran frecuentes. En fecha más reciente se han preferido los procedimientos de una sola etapa en muchos centros, incluso en tumores con componentes intracraneales y extracraneales considerables, así como en aquellos que afectan múltiples fosas craneales. Las modalidades de imagenología computarizada proporcionan información sobre la ...