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A menudo, los trastornos psiquiátricos y sociales confunden la evaluación del paciente en entornos médicos. De ninguna manera, un diagnóstico psiquiátrico disminuye la probabilidad de una enfermedad orgánica en un paciente con signos y síntomas correspondientes. Se debe realizar el esfuerzo por hacer el diagnóstico simultáneo, no secuencial, y tratar como mejor convenga las enfermedades psiquiátricas y médicas coexistentes. En pacientes con enfermedades psiquiátricas, el diagnóstico tardío de enfermedades orgánicas es demasiado frecuente; los médicos deben tener un cuidado especial al evaluar a estos complicados pacientes. Siempre que exista una preocupación por un trastorno psiquiátrico que genere confusión, es conveniente consultar con un colega psiquiatra.
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Casi se podría asegurar que la distinción entre enfermedad neurológica y psiquiátrica es artificial, y sólo representa la limitación existente sobre la comprensión de la fisiología y fisiopatología del cerebro. Los trastornos con alteraciones estructurales, genéticas, fisiológicas o bioquímicas identificables se consideran neurológicos, y aquéllos sin estos trastornos se califican de psiquiátricos. Muchos síndromes psiquiátricos muestran predisposiciones genéticas y responden a medicamentos que alteran la función cerebral. Los estudios de imagen funcionales identifican cada vez más anomalías localizadas de la función cerebral en algunos trastornos psiquiátricos. Para el médico, es suficiente reconocer que los síndromes psiquiátricos se identifican por anomalías del pensamiento, el estado de ánimo, el afecto y el comportamiento en vez de pruebas específicas de la estructura cerebral o pruebas del laboratorio clínico.
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Los trastornos de la conducta, incluida la violencia, también son problemas habituales en la sociedad estadounidense. Para evaluar y atender en forma adecuada a los pacientes, los médicos deben conocer la situación social de cada uno de ellos, ya que influye en sus manifestaciones físicas y psiquiátricas. Todos los pacientes merecen que se realice una anamnesis que incorpore los antecedentes sociales y psiquiátricos completos con atención al tipo de vida actual, maltrato pasado o presente (p. ej., físico, sexual, emocional o financiero), seguridad vigente, educación y alfabetización y recursos sociales.
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Este capítulo presenta los síndromes psiquiátricos comunes que se encuentran en la práctica clínica y proporciona una guía para reconocerlos. El Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition (DSM-V), publicado por la American Psychiatric Association, es un recurso valioso a este respecto [American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5th ed. Washington, DC: American Psychiatric Association; 2013]. Además de los criterios de diagnóstico, el DSM revisa la epidemiología y las presentaciones de los trastornos mentales.
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SECCIÓN 1 EL ESTADO MENTAL Y LA EVALUACIÓN PSIQUIÁTRICA
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Evaluación del estado mental
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El diagnóstico psiquiátrico se basa en la entrevista y la exclusión de la enfermedad médica. Las entrevistas psiquiátricas requieren tiempo, paciencia y experiencia. Los cuestionarios de detección estandarizados ayudan a evaluar los síntomas psicológicos. Las herramientas de detección útiles incluyen el Mini-Cog, la prueba SLUMS, el Mini-Mental State Examination (MMSE) de Folstein, la ...