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La gastroenteritis viral (inflamación del estómago, el intestino delgado y el intestino grueso) se origina por rotavirus, calicivirus, astrovirus y adenovirus (algunos serotipos), y da por resultado vómitos o diarrea. Además de los agentes bacterianos y protozoarios que generan aproximadamente 20–25% de estos casos, los virus mencionados constituyen una causa importante del padecimiento. La enfermedad diarreica aguda es una anomalía, por lo general de rápida evolución (en el plazo de varias horas), que dura menos de tres semanas. En todo el mundo, la diarrea por rotavirus ha provocado una mortalidad estimada de 528 000 lactantes en el año 2000, la cual se redujo a 21 500 en 2013 debido a la vacunación contra el rotavirus. En Estados Unidos, el total de fallecimientos anuales antes de la era de la vacuna solía ser menor de 60, pero estos virus seguían siendo las principales causas de enfermedad grave y hospitalización en los primeros años de vida. Desde la introducción de la vacuna contra el rotavirus en Estados Unidos en 2006, las enfermedades relacionadas con el rotavirus y las hospitalizaciones han disminuido de modo notable y los decesos son infrecuentes. Los síntomas de la enfermedad por rotavirus, como vómito, cólicos abdominales y fiebre baja seguidos de heces acuosas que casi nunca contienen moco, sangre o pus, son todos características de la fase aguda de la enfermedad y también se pueden observar en infecciones debidas a calicivirus, astrovirus y adenovirus. Estos virus y sus cuadros clínicos se describen en este capítulo.
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CARACTERÍSTICAS GENERALES
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Hasta el decenio de 1970–1979, la prueba de la influencia viral en las diarreas agudas se basaba en general en la exclusión de los patógenos bacterianos o protozoarios conocidos y su sustentación era por medio de filtrados libres de células provenientes de heces diarreicas que se administraban a voluntarios para reproducir la enfermedad. Como cabría esperar, los resultados de tales experimentos eran variables y los métodos eran imprácticos como método diagnóstico rutinario de laboratorio. Un aspecto de tales infecciones que resultó ser de gran ayuda era la frecuente asociación con abundante excreción de partículas virales durante la fase aguda de la enfermedad. Las cantidades de viriones mayores a 108 por gramo de heces diarreicas son relativamente comunes, lo cual permite la fácil visualización por medio de microscopio electrónico (figura 15–1). Se han empleado la microscopia electrónica directa y la inmunomicroscopia electrónica para detectar e identificar los presuntos virus causales; este último método también es útil para la detección de las respuestas de anticuerpos humorales contra la infección. Actualmente, las reacciones en cadena de la polimerasa (PCR, polymerase chain reaction) y los inmunoensayos enzimáticos (EIA, enzyme immunoassays) se han utilizado con una frecuencia cada vez mayor para el diagnóstico.
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La diarrea viral era un diagnóstico por exclusión
Muchas partículas virales eran observadas en heces por medio de microscopia electrónica
El diagnóstico se confirma mediante EIA o ...