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El presente capítulo considera los siguientes microorganismos:
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Paragonimus westermani
Clonorchis sinensis
Schistosoma haematobium
Schistosoma japonicum
Schistosoma mansoni
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CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS TREMATODOS
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De las muchas relaciones que se han desarrollado entre humanos y helmintos durante los milenios de su existencia mutua, quizá la más destructiva para la salud y la productividad del ser humano es la forjada por los trematodos, o “duelas”. Por lo general, los adultos viven décadas dentro de los tejidos y los sistemas vasculares del ser humano, donde resisten el ataque inmunitario y producen daño progresivo de órganos vitales. Desde el punto de vista morfológico, los trematodos muestran simetría bilateral, su longitud varía desde algunos milímetros hasta varios centímetros, y poseen dos ventosas profundas de las cuales se deriva su nombre (“cuerpo con orificios”). Una rodea la cavidad oral y la otra está situada en la superficie ventral del gusano. Estos órganos se usan tanto para fijación como para locomoción; el movimiento es característico, a manera de oruga.
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Las duelas se mueven por el tejido y la vasculatura con locomoción a manera de oruga
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El tracto digestivo empieza en la ventosa oral, y continúa como una faringe y esófago musculares antes de bifurcarse para formar cecas bilaterales que tienen una terminación ciega cerca de la extremidad posterior del gusano. El alimento no digerido es vomitado a través de la cavidad oral. El sistema excretor consta de varias células huecas, ciliadas en “llama” que excretan productos de desecho hacia conductos interconectores que terminan en un poro excretor posterior.
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Los trematodos se dividen en dos categorías principales, con base en sus sistemas reproductores: los hermafroditas y los esquistosomas (cuadro 57–1). Los hermafroditas adultos contienen gónadas tanto masculina como femenina, y producen huevos operculados (definidos como con una tapa). En contraste, los esquistosomas tienen sexos separados, y la hembra fertilizada sólo deposita huevos no operculados. Sin embargo, los dos grupos tienen ciclos de vida similares. En ambos casos, los huevos se excretan desde el hospedero humano y —si llegan a agua dulce—eclosionan para liberar larvas ciliadas llamadas miracidios. Estas larvas encuentran un hospedero caracol específico para la especie de trematodo y penetran en él. En este hospedero caracol intermedio son transformadas mediante un proceso de reproducción asexual hacia miles de larvas con cola llamadas cercarias, que son liberadas desde el caracol al cabo de un periodo de semanas. Las cercarias nadan en agua dulce y buscan su siguiente hospedero. En el caso de las cercarias esquistosómicas, este hospedero es el ser humano. Cuando entran en contacto con la superficie de la piel, se fijan, se deshacen de su cola e invaden, lo que completa así su ciclo de vida. En contraste, las cercarias de las duelas hermafroditas se enquistan en o sobre una planta o animal acuático, donde pasan por una segunda transformación para convertirse en metacercarias...