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PACIENTE
El Sr. K. es un varón de 80 años traído por su familia por padecimiento de tres días de evolución con malestar que ha empeorado, anorexia y confusión. Por lo general, es sano e independiente, pero durante los últimos dos meses ha presentado disminución de energía y dolor abdominal difuso. Refiere que durante los últimos tres días ha presentado dolor en el flanco derecho, por lo que tomó ibuprofeno. Ha bebido líquidos, pero no ha comido mucho. Entre sus antecedentes destaca hipertensión de larga evolución, BPH y cáncer colorrectal distal. Toma losartán, amlodipino y finasterida. En la exploración física, se encuentra alerta, pero con confusión. Su presión arterial es de 160/80 mmHg, pulso de 88 lpm, FR de 16 rpm y se encuentra afebril. No existen adenopatías, los campos pulmonares están limpios y la exploración del área cardiaca es normal. La exploración abdominal no muestra tumoraciones ni dolor a la palpación; hay dolor leve a la palpación del abdomen en el lado derecho con ruidos intestinales normales. Su próstata está levemente agrandada, sin nódulos. No hay edema periférico.
Los resultados de los estudios de laboratorios iniciales reportaron Na, 138 meq/L; K, 4.8 meq/L; Cl, 100 meq/L; HCO3, 20 meq/L; BUN, 90 mg/100 mL; creatinina, 7.2 mg/100 mL, elevado 1.5 mg/100 mL por encima de la basal.
En este punto, ¿cuál es la hipótesis diagnóstica principal? ¿Cuáles son los diagnósticos alternativos? ¿Hay un diagnóstico que no deba descartarse? Dado el diagnóstico diferencial, ¿qué exámenes deben solicitarse?
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RANKING DEL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
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Deben tenerse en cuenta las tres causas de AKI. Su edad, agrandamiento de la próstata y presencia de dolor abdominal difuso y en flanco son puntos fundamentales que sugieren obstrucción de las vías urinarias. Sin embargo, también podría tener AKI prerrenal tanto por el uso de NSAID como por disminución del volumen intravascular. Además, la hemodinámica renal se encuentra alterada por los bloqueadores de los receptores de angiotensina, lo que puede contribuir a la AKI. No tiene antecedentes que sugieran una causa intrínseca específica, aunque el antecedente de hipertensión incrementa el riesgo. Por tanto, las causas intrarrenales se considerarían sólo si no se pudiera identificar una causa posrenal o prerrenal, o si el análisis de orina fuera sugestivo (cilindros granulosos o celulares). En el cuadro 28–6 se numera el diagnóstico diferencial.
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