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Al nacer, los aparatos genital y urinario sólo están relacionados en el sentido de que comparten ciertas vías comunes. Sin embargo, en el aspecto embriológico, esta relación es muy estrecha. Debido a las interrelaciones complejas de las fases embrionarias de los dos aparatos, se estudian aquí como cinco subdivisiones: el sistema nefrítico, la unidad vesicouretral, las gónadas, el aparato genital y los genitales externos.
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El sistema nefrítico se desarrolla de manera progresiva como tres entidades distintivas: pronefros, mesonefros y metanefros.
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El pronefros es la etapa nefrítica más temprana en los seres humanos y corresponde a la estructura madura de los vertebrados más primitivos. Se extiende del cuarto al decimocuarto somita y consta de seis a diez pares de túbulos. Éstos se abren en un par de conductos primarios que se forman en el mismo nivel, que se extienden en sentido caudal y con el tiempo llegan a la cloaca y se comunican con ésta. El pronefros es una estructura vestigial que desaparece por completo hacia la cuarta semana de la vida embrionaria (fig. 2–1).
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El órgano excretor maduro de los peces y anfibios más grandes corresponde al mesonefros embrionario. Es el principal órgano excretor durante la vida embrionaria temprana (cuatro a ocho semanas). También sufre degeneración de manera gradual, aunque partes de su sistema de conductos se relacionan con los órganos reproductores masculinos. Los túbulos mesonéfricos se desarrollan a partir del mesodermo intermedio caudal al pronefros, poco antes de la degeneración pronéfrica. Los túbulos mesonéfricos difieren de los del pronefros en que desarrollan una excrecencia con forma de taza en la que se empuja un ovillo de capilares. Se le denomina cápsula de Bowman y al ovillo de capilares se le denomina glomérulo. En su crecimiento, los túbulos mesonéfricos se extienden hacia el conducto nefrítico primario cercano y establecen una conexión con él, a medida que crece en sentido caudal para unirse a la cloaca (fig. 2–1). A este conducto ...