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En la última década, la mayor comprensión de la compleja interacción entre la vigilancia inmunitaria y el crecimiento tumoral ha conducido a avances sustanciales en el campo de la inmunoterapia. Esto ha ampliado su aplicación en varias neoplasias malignas. Su objetivo es aprovechar el sistema inmunitario del cuerpo para reconocer y dirigirse contra el cáncer. Este capítulo subraya sus principios básicos y describe su aplicación clínica en las neoplasias malignas genitourinarias.
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PRINCIPIOS DE LA INMUNOLOGÍA DEL CÁNCER
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Inmunidad innata y adaptativa
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La inmunidad innata y la adaptativa son dos facetas de un sistema inmunitario sano, necesario para establecer una respuesta antitumoral. La inmunidad innata consiste en barreras naturales (piel, membranas mucosas) junto con defensas como los neutrófilos, linfocitos citolíticos naturales, mastocitos, células dendríticas y macrófagos. Es independiente del tiempo y casi siempre es la primera línea de defensa inespecífica del hospedador. En cambio, la inmunidad adaptativa incluye linfocitos T y B y es dependiente del tiempo, especializada, reactiva ante antígenos específicos y capaz de mantener una memoria inmunitaria. Las células dendríticas, un tipo de células presentadoras de antígenos (APC, antigen-presenting cell), funcionan como enlace entre los sistemas inmunitarios innato y adaptativo. Después de adquirir y procesar los antígenos, las células dendríticas maduran y presentan los antígenos ajenos, casi siempre provenientes de patógenos o células tumorales, a los linfocitos T del sistema inmunitario adaptativo. Después de que los linfocitos T y B son estimulados por las células dendríticas, ejercen una respuesta antitumoral específica para el antígeno (a través de la inmunidad, mediada por células) y la producción de anticuerpos, respectivamente. La interacción entre el receptor de linfocitos T (en los linfocitos T) y el complejo de antígeno mayor de histocompatibilidad (MHC, major histocompatibility antigen complex) en la APC constituye una sinapsis inmunitaria y es necesaria para la activación de los linfocitos T. La actividad citotóxica de los linfocitos T está regulada por numerosos receptores estimuladores e inhibidores, cuya actividad está controlada de manera estrecha por citocinas. En particular, como la activación inmunitaria descontrolada puede conducir al desarrollo de autoinmunidad, existen muchos puntos de verificación normales, diseñados para amortiguar una respuesta inmunitaria. Por tanto, los receptores del punto de verificación en los linfocitos T se incrementan por citocinas liberadas con la activación inmunitaria, se unen con sus ligandos, después inhiben la función de los linfocitos T y por tanto, amortiguan y limitan la respuesta inmunitaria. Dos proteínas receptoras transmembrana inhibidoras (puntos de verificación) muy relevantes en los linfocitos son la proteína 4 relacionada con el linfocito T citotóxico (CTLA-4, cytotoxic T-lymphocyte-associated protein 4) y la muerte celular programada 1 (PD-1, programmed cell death 1). Ambas se expresan en los linfocitos (entre otras células inmunitarias), se incrementan con citocinas liberadas después de la activación inmunitaria y, cuando se unen con su ligando, reducen las respuestas inmunitarias. La activación de CTLA-4 y la reducción inmunitaria consecuente se ...