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El cuerpo uterino constituye la mayor parte del útero por tamaño y peso. Es la porción del útero superior al orificio cervical interno bordeada en posición lateral por los ligamentos anchos. No incluye las trompas de Falopio, las estructuras ligamentosas, el cuello uterino ni los ovarios. La cavidad uterina es un espacio potencial que muestra cambios notorios en el transcurso del ciclo menstrual y el embarazo. Desde el revestimiento interno de la cavidad uterina hacia afuera, el cuerpo está compuesto de tres capas: endometrio, miometrio y la capa serosa (perimetrio); este capítulo se centrará en trastornos del cuerpo uterino. El cuerpo uterino normal está más allá del alcance del presente capítulo; sin embargo, una comprensión de la anatomía, embriología, fisiología e histología normales del cuerpo, es trascendental para el entendimiento de las enfermedades del útero. Estos temas se abordan más a fondo en los capítulos 1, 2 y 4 (Anatomía del aparato reproductor femenino, Embriología del aparato urogenital y anomalías congénitas de las vías genitales, y Fisiología de la reproducción en las mujeres, respectivamente) de esta obra.
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Los leiomiomas uterinos (también denominados fibromas o miomas) son crecimientos monoclonales benignos de las células del músculo liso de la pared del útero. Los miomas son el tumor más común del tracto reproductor femenino, con una prevalencia de hasta 70–80% en poblaciones específicas; sin embargo, en Estados Unidos, las tasas no son tan altas. Los leiomiomas se encuentran con mayor frecuencia en la población afroamericana; 60% de las mujeres tiene un útero fibroide hacia los 50 años de edad. En mujeres caucásicas, la tasa es considerablemente más baja; 40% de las mujeres caucásicas tienen miomas hacia los 50 años de edad y, de estas pacientes, 70% tendrán miomas múltiples. De este porcentaje de mujeres con miomas observados en ecografías, sólo 20–50% alguna vez es sintomático. A pesar de esto, los miomas aún son la razón más común para histerectomía en Estados Unidos; explican casi 40% de las 600 000 histerectomías que se realizan cada año.
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Los miomas se asocian con una amplia variedad de síntomas, dependiendo de su tamaño y localización. Con cierta frecuencia, las pacientes informan síntomas de sangrado uterino anormal (AUB, abnormal uterine bleeding), sangrado menstrual copioso (HMB, heavy menstrual bleeding), dismenorrea, dispareunia con la penetración profunda, sensación de presión en la pelvis, esterilidad y pérdida recurrente del embarazo. El AUB y el HMB son los indicios más comunes en mujeres con miomas sintomáticos. Con menor frecuencia, las pacientes tienen síntomas de efecto de masa, como dificultad para orinar, estreñimiento y muchas otras molestias abdominales debidas a compresión local por miomas grandes o metastásicos.
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Aproximadamente 7–14% de las mujeres en Estados Unidos tienen miomas uterinos sintomáticos. La incidencia de casos sintomáticos de miomas aumenta con la edad. Como se mencionó, la ...