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INTRODUCCIÓN

Dos descubrimientos europeos de finales del siglo XIX condujeron a la futura radioterapia para el tratamiento de los cánceres en humanos. Mientras estudiaba el poder de penetración de la emisión de rayos catódicos en Alemania, Wilhelm Roentgen descubrió los rayos X el 8 de noviembre de 1895. En Francia, el matrimonio Curie aisló el radio a partir del mineral de uranio en 1898. Poco después, Robert Abbe, de la Ciudad de Nueva York, introdujo el uso del radio para el tratamiento médico, y Howard Kelly de Baltimore fue el pionero en el tratamiento del cáncer cervical por medio del radio. Desde entonces, la radioterapia ha evolucionado hasta convertirse en una de las principales modalidades en el tratamiento de muchos cánceres, en particular aquellos del aparato reproductor femenino.

Principios de la radiación

La radioterapia se utiliza para el tratamiento definitivo o paliativo del cáncer, y se puede definir como la administración terapéutica de radiación a un tejido blanco, lo cual produce daño al tejido. La radiación causa la desintegración del DNA y genera radicales libres a partir de las células que llega a dañar las membranas, proteínas y organelos celulares. Tal radiación puede ser electromagnética o en partículas, en ambos casos transfieren energía a los electrones o núcleos de los átomos meta.

La radiación electromagnética es energía que se transmite a la velocidad de la luz a través de campos eléctricos o magnéticos oscilantes. La energía contenida en estos campos se puede describir como unidades separadas que se conocen como fotones. La energía de cada fotón es proporcional a la frecuencia de la onda asociada con ese fotón. Debido a que la radiación con una longitud de onda más corta tiene mayor frecuencia, transmite mayor energía por fotón, lo cual permite la penetración en los tejidos. Las formas más relevantes en un sentido clínico de la radiación electromagnética son los rayos X y los rayos gamma (γ). Para las aplicaciones terapéuticas, los rayos X se producen en forma mecánica a través de aceleradores lineales que aceleran a los electrones hasta energías muy elevadas. Entonces, estos electrones golpean un blanco, generalmente tungsteno, dentro del acelerador para producir un haz de rayos X que se dirige al paciente. Los rayos gamma se producen por el deterioro de sustancias radiactivas. En la actualidad, los radioisótopos más utilizados en la oncología ginecológica son el cesio 137 y el iridio 192.

La radiación de partículas utiliza partículas subatómicas (electrones, neutrones, protones), en lugar de fotones, para administrar la dosis de radiación. En comparación con la radiación electromagnética, el tratamiento con haces de partículas permite una localización más precisa de la dosis y una mejor distribución de la dosis según la profundidad.

Interacción de los fotones con la materia

El primer paso en la absorción de un fotón incidente con la materia es la conversión de ...

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