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Los factores, fuerzas y agentes externos ejercen una influencia importante en la causa de las enfermedades humanas. El entorno en el que vive el ser humano no es nada benigno, y lo expone todo el tiempo a sus peligros potenciales; entre ellos se cuentan fuerzas físicas, químicas, térmicas y eléctricas, así como radiación ionizante. Los organismos microbiológicos no comensales también son agentes externos. Mientras que dentro del espectro de las enfermedades humanas existen afecciones en las que los factores externos tienen poco o ningún papel, como algunos trastornos hereditarios del metabolismo o las distrofias musculares, en la mayoría de las afecciones del humano, los factores externos interactúan con los factores del huésped para producir enfermedad. Ciertos tipos de cáncer del pulmón se relacionan con tabaquismo, y la enfermedad hepática es una consecuencia bien documentada del consumo excesivo de alcohol; sin embargo, a pesar de la clara evidencia que vincula a estos dos agentes con estas enfermedades, también es cierto que sólo una minoría de fumadores y bebedores las desarrollan, respectivamente. En el otro extremo del espectro se encuentran los casos en que las fuerzas o agentes externos son, en esencia, los únicos factores, como en el traumatismo de una catástrofe natural, ejemplo un terremoto o evento provocado por otras personas, como un accidente automovilístico.
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Los peligros en el entorno a los que se expone cualquier individuo están determinados por una variedad de factores que incluyen la geografía, el estado socioeconómico y la cultura. Lo anterior es cierto no sólo para entidades infecciosas como el paludismo, que depende de un insecto vector, el cual requiere ciertas condiciones climáticas para su existencia, sino también para diversas formas de traumatismos. Las mordeduras de cobra son un problema usual en la India, pero no en Estados Unidos. Las lesiones relacionadas con vehículos motorizados, las heridas de bala, las heridas por corte y los trastornos relacionados con el aire y el agua contaminados varían de un país a otro y por regiones dentro de los países, al igual que la incidencia de enfermedades infecciosas y de otro tipo.
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Este capítulo se ocupa de enfermedades o afecciones que son, sobre todo, producto de factores externos, pero no se refiere a las enfermedades causadas por microorganismos, excepto para mencionar que las infecciones, con frecuencia, de la flora normal, son una complicación común del traumatismo, y recordar a los lectores que muchos vectores que propagan infecciones requieren el traumatismo físico de una mordedura para inocular al huésped. El tétanos causado por una toxina producida por el bacilo Clostridium tetani suele sobrevenir después de la introducción de ese microorganismo, que habita en el suelo, en los tejidos como consecuencia de una herida y, de manera similar, la gangrena gaseosa de Clostridium perfringens y otras especies. En los días previos a la vacunación contra el tétanos, la cirugía antiséptica y los antibióticos, estas entidades eran una complicación habitual y, por lo regular, fatal de traumatismos ...