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El manejo clínico de las enfermedades renales se divide entre internistas especializados (nefrólogos) y cirujanos especializados (urólogos). De manera similar, la evaluación patológica de las enfermedades renales se divide entre patólogos especializados (nefropatólogos), que se especializan en enfermedades renales que atienden los nefrólogos, y patólogos (patólogos urológicos), que se especializan en enfermedades renales que atienden los urólogos. Los nefrólogos y nefropatólogos se centran en la denominada enfermedad renal médica, que incluye enfermedades no neoplásicas que afectan al parénquima renal. Los urólogos y patólogos urológicos se centran en las enfermedades que pueden afectar a cualquier nivel del sistema urinario, desde los riñones hasta la uretra, incluidas las enfermedades congénitas, infecciosas y neoplásicas. Este capítulo revisa la enfermedad renal médica y el capítulo 14, analiza la enfermedad renal urológica.
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¿Qué hace el patólogo? Enfermedad renal médica en comparación con enfermedad urológica y el papel de los nefropatólogos
Los nefrólogos trabajan en estrecha colaboración con los nefropatólogos (patólogos renales) en el tratamiento de la enfermedad renal médica que requiere una biopsia. Muchas enfermedades renales médicas, en especial las glomerulares, sólo pueden diagnosticarse de manera definitiva mediante la evaluación patológica de muestras de biopsia renal. Además, las biopsias renales repetidas son importantes en la terapéutica de seguimiento de algunos pacientes para evaluar la respuesta a éste y determinar el grado de actividad de la enfermedad frente a la cronicidad.
Las biopsias de riñón se obtienen con mayor frecuencia mediante biopsia con aguja percutánea. La aguja para esta técnica, por lo general bajo guía ecográfica, se inserta en el flanco del paciente. Debido a que la mayoría de las enfermedades renales médicas tiene características diagnósticas sólo en la corteza, el objetivo es obtener suficiente corteza renal para un diagnóstico patológico definitivo. Las muestras de biopsia renal se evalúan de manera rutinaria mediante microscopia óptica, microscopia de inmunofluorescencia (o inmunohistoquímica) y microscopia electrónica. Las biopsias renales son el único tipo importante de muestra patológica quirúrgica que se procesa de manera acostumbrada para microscopia electrónica. La microscopia de inmunofluorescencia utiliza anticuerpos reactivos marcados con fluorocromo para detectar el depósito de IgG, IgA, IgM, C-3, C1q, cadenas ligeras kappa, cadenas ligeras lambda y fibrina en el tejido renal, sobre todo en los glomérulos. Se requiere inmunohistoquímica especial para algunas muestras, por ejemplo, para detectar anomalías proteínicas por determinación genética (p. ej., colágena anormal de la membrana basal glomerular [GBM, glomerular basement membrane] causada por mutaciones de los genes de la colágena 4), depósitos de proteínas distintas de la inmunoglobulina (p. ej., amiloide A y mioglobina) y agentes patógenos infecciosos (p. ej., virus polioma). La microscopia electrónica revela cambios ultraestructurales que no son discernibles por microscopia óptica, pero que son esenciales para un diagnóstico preciso. La importancia de la microscopia de inmunofluorescencia y la microscopia electrónica se hará evidente a medida que se presenten las características diagnósticas de las enfermedades renales en este capítulo.
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ENFERMEDADES GLOMERULARES Y VASCULARES
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