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INTRODUCCIÓN

Los trastornos derivados del sistema endocrino se encuentran entre los problemas más frecuentes de los pacientes. En la actualidad, la diabetes (que se analiza en el capítulo 12) y los trastornos de la tiroides se encuentran entre los 10 diagnósticos más frecuentes. En una escala más amplia, las endocrinopatías aparecen en todas las edades y géneros, y a menudo se manifiestan como otras entidades clínicas que dificultan el diagnóstico. Debido a que por lo general resultan comprometidos múltiples sistemas orgánicos, la endocrinología suele parecer abrumadora bajo un enfoque basado en órganos. Sin embargo, se puede dividir en secciones más accesibles si el problema de salud se atiende primero por la glándula afectada, es decir, hipófisis, suprarrenal o tiroides, y luego desde la perspectiva clínica de hiperfunción o hipofunción, según las concentraciones de las respectivas hormonas o péptidos secretados en la circulación. Por tanto, este capítulo se divide por sistema o glándula y se subdivide por defecto funcional. El diagnóstico de los trastornos endocrinos hace un uso intensivo de las pruebas de laboratorio clínico, y ese énfasis se refleja en este capítulo.

REVISIÓN RÁPIDA Principios básicos de la endocrinología clínica Glándulas, hormonas y receptores

Las glándulas clave del sistema endocrino incluyen el hipotálamo, la hipófisis, la tiroides, las paratiroides, las glándulas suprarrenales, el páncreas y las gónadas; estos órganos sintetizan y secretan mensajeros bioquímicos específicos, conocidos como hormonas, en la sangre en una colaboración sincronizada con el sistema nervioso central (CNS, central nervous system) y el sistema inmunitario para regular el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo y la reproducción (figura 16–1). Otros tejidos, como el adiposo y el intestino, también muestran actividad metabólica y participación en estas actividades. Se eligió el término “hormona”, derivado del griego hormon, que significa “poner en movimiento”, porque estos compuestos actúan sobre las células a cierta distancia de su sitio de origen (de ahí la derivación de la palabra endocrino, del griego krino, “separar”). Ahora se sabe que muchas hormonas también actúan en forma local sobre las células vecinas a nivel paracrino, e incluso sobre la propia célula de la que se originan de forma autocrina.

Se reconocen varios esquemas de clasificación de las hormonas, pero el más simple consta de tres grandes grupos: péptidos, esteroides y derivados de aminoácidos. Las hormonas peptídicas representan la clase hormonal más grande y diversa e incluye ejemplos como el de la hormona del crecimiento (GH, growth hormone), la hormona adrenocorticotrópica (ACTH, adrenocorticotropic hormone) y la insulina. Por lo general, se sintetizan y almacenan para su liberación rápida a la circulación cuando sea necesario, ya sea como productos génicos específicos o mediante la modificación postraduccional de precursores, y por lo general son solubles en agua. Todas las hormonas esteroides derivan del colesterol y, como tales, son lipófilas. Los compuestos de esta clase no se almacenan, por lo que la tasa de síntesis regula la secreción. Los ejemplos de ...

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