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La American Academy of Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists (2017) definen la atención prenatal como “Un programa integral anterior al parto que implica una estrategia coordinada para la atención médica, valoración continua del riesgo y apoyo psicosocial que de manera óptima inicia antes del embarazo y se prolonga durante todo el periodo posparto y entre embarazos”. Tal como los promulgó John Ballantyne, tal atención ha sido el cimiento para mejorar los desenlaces del embarazo durante más de 100 años (Reiss, 2000).
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ATENCIÓN PRENATAL EN ESTADOS UNIDOS
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Casi un siglo después de su introducción, la atención prenatal se ha convertido en uno de los servicios de salud usados con mayor frecuencia en Estados Unidos. Acorde con los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), solo 1.6% de las mujeres que dieron a luz en 2016 no recibió atención prenatal (Osterman, 2018). Las mujeres afroamericanas e hispanas tienen tasas altas de atención prenatal insuficiente o nula que llegan al 10% y 7.7%, respectivamente. Esta cifra es mayor en adolescentes, en particular las menores de 15 años, en comparación con los grupos de mayor edad. Estos datos subrayan las áreas de mejoría potencial por parte del sistema de salud.
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Efectividad de la atención prenatal
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La atención diseñada a principios del siglo XX se enfocaba en reducir la tasa de mortalidad materna en extremo elevada. No hay duda de que la atención prenatal contribuyó al drástico declive en las muertes maternas, de 690 por 100 000 nacimientos en 1920 a 50 por 10 000 para 1955 (Loudon, 1992). Los datos de 1998 a 2005 del Pregnancy Mortality Surveillance System identificaron un aumento de cinco veces en el riesgo de muerte materna en las mujeres que no recibían atención prenatal (Berg, 2010).
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Goldenberg y McClure (2018) subrayaron la importancia de la atención prenatal para reducir también las tasas de mortinatos. En un estudio de casi 29 millones de nacimientos, el riesgo de parto prematuro, mortinato, muerte neonatal temprana y tardía, y muerte infantil aumentó de manera lineal con el decremento de la utilización de la atención prenatal (Partridge, 2012). De igual manera, en el Parkland Hospital, Leveno et al., (2009) encontraron que un descenso significativo en los partos prematuros tenía una correlación cercana con cualquier uso de atención prenatal entre las mujeres en estado de indigencia médica. Asimismo, entre las mujeres con diabetes, el cumplimiento de la atención prenatal resultó en menores tasas de ingresos neonatales a la unidad de cuidados intensivos (Sperling, 2018a).
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La atención prenatal grupal es aceptable y efectiva (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2018g). Ickovics et al., (2016) compararon esto con la atención prenatal individual. La atención grupal proporcionó la vigilancia habitual del embarazo en un entorno grupal, con enfoque ...