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INTRODUCCIÓN

Muchos trastornos neurológicos preceden al embarazo. La mayoría de las pacientes tendrá un resultado perinatal exitoso, pero ciertas enfermedades conllevan riesgos específicos. Otras mujeres padecen síntomas neurológicos de nueva aparición durante el embarazo y éstos deben distinguirse de las complicaciones de la gestación. Los trastornos neurovasculares constituyen una causa importante de mortalidad materna y causaron más de 7% de las muertes maternas en Estados Unidos entre 2007 y 2016 (Petersen, 2019). Algunos trastornos psiquiátricos se manifiestan con anomalías cognitivas y neuromusculares y deben considerarse como posibilidad durante la valoración de los síntomas neurológicos.

ESTUDIOS DE IMAGEN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

La tomografía computarizada (CT, computed tomography) y la resonancia magnética (MR, magnetic resonance) son útiles en el diagnóstico, clasificación y tratamiento de muchos trastornos neurológicos. Como se describió en el capítulo 46, son seguras durante el embarazo (Chansakul, 2017; Lum, 2020). La CT se utiliza a menudo cuando se necesita un diagnóstico rápido y es excelente para detectar una hemorragia reciente. No obstante, se prefiere la resonancia magnética y es en particular útil para diagnosticar enfermedades desmielinizantes, malformaciones arteriovenosas (AVM, arteriovenous malformations), anomalías congénitas del sistema nervioso, lesiones de la fosa posterior y enfermedades de la médula espinal (Jamieson, 2020). Cuando se emplea cualquiera de estos métodos, la mujer con un embarazo avanzado debe colocarse en decúbito lateral y se aplica una cuña debajo de la cadera para prevenir la hipotensión y reducir las pulsaciones aórticas, que degradan la imagen.

La angiografía cerebral con medio de contraste, que casi siempre se administra a través de la arteria femoral, constituye un método complementario importante para el diagnóstico y tratamiento de algunas enfermedades cerebrovasculares. La fluoroscopia libera más radiaciones, pero se realiza con protección abdominal. La tomografía por emisión de positrones (PET, positron emission tomography) y la resonancia magnética funcional (fMRI) no se han valorado de forma extensa en embarazadas (Van den Heuvel, 2016).

CEFALEAS

En una encuesta nacional realizada en Estados Unidos en el 2012, 17% de las personas de 18 a 44 años de edad sufrió cefalea intensa o migraña en los últimos tres meses (Blackwell, 2014). Burch et al. (2015) publicaron que 24% de las mujeres no embarazadas en este grupo de edad tenía resultados similares. De las embarazadas que acudían con cefalea y se sometieron a una consulta neurológica, 66% era secundaria a algún trastorno primario. El diagnóstico fue migraña en más de 90%. Del otro 33% por problemas secundarios, más de 50% era efecto de trastornos hipertensivos (Robbins, 2015). En un estudio observacional reciente del University of Texas Southwestern’s Clements University Hospital, 20% de las consultas puerperales a urgencias se debió a cefalea (Rodríguez, 2020).

En el cuadro 63–1 se muestra la clasificación de la International ...

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