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El puerperio ofrece una oportunidad excelente para proporcionar anticoncepción efectiva. Para las madres que amamantan como única alimentación de sus lactantes, la ovulación durante las primeras 10 semanas después del parto es improbable. Sin embargo, la lactancia no es un método anticonceptivo confiable para las mujeres que amamantan a sus lactantes solo durante el día. Además, la espera por la primera menstruación conlleva un riesgo de embarazo, ya que la ovulación casi siempre antecede a la menstruación. Lo cierto es que después de la primera menstruación, la anticoncepción es esencial, a menos que la mujer desee un embarazo.
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Casi la mitad de todos los embarazos cada año en Estados Unidos son no intencionales (Finer, 2016). Pueden seguir a la falla del método anticonceptivo o deberse a la falta de uso de un anticonceptivo. Para las personas que buscan la anticoncepción, existen opciones efectivas (cuadro 38–1). Entre ellas, las tasas de falla calculadas con el uso perfecto y el uso típico durante el primer año difieren mucho (Trussell, 2018). Los niveles de eficacia reflejan estas tasas de falla, y los implantes y dispositivos intrauterinos (IUD, intrauterine devices) se encuentran en el nivel superior (Steiner, 2006). Estos reducen de manera efectiva las tasas de embarazo no deseado y se consideran anticonceptivos de larga duración reversibles (LARC, long-acting reversible contraception). Los médicos proporcionan asesoría sobre todas las opciones y alientan el uso de LARC para los candidatos apropiados (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019d).
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