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INTRODUCCIÓN

Entre las mujeres que usan anticonceptivos en Estados Unidos, 28% confía en la esterilización masculina o femenina (Kavanaugh, 2018). La interrupción o excisión tubárica es adecuada para mujeres que solicitan esterilización y que comprenden con claridad su carácter permanente y la dificultad para la reversión, a menudo infructuosa. También deben presentarse otras alternativas anticonceptivas. Al final, después de proporcionar la información, deben respetarse la autonomía de la paciente y su decisión sobre la esterilización (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2017, 2019).

La esterilización femenina casi siempre se realiza mediante la oclusión, excisión o división de las trompas de Falopio. Los procedimientos de esterilización puerperal se practican después de una cesárea o un parto y representan cerca de 7% de todos los nacimientos vivos en Estados Unidos (Moniz, 2017). La esterilización tubárica no puerperal se efectúa en un momento no relacionado con un embarazo reciente y también se denomina esterilización de intervalo. Hoy en día se recomienda considerar la salpingectomía total para la esterilización y para reducir el riesgo de cáncer ovárico.

ESTERILIZACIÓN TUBÁRICA PUERPERAL

Programación

Varios días después del parto, el fondo uterino se encuentra al nivel de la cicatriz umbilical y las trompas de Falopio son accesibles de manera directa debajo de la pared abdominal. Además, la laxitud abdominal permite la reposición sencilla de la incisión sobre cada cuerno uterino.

En el hospital donde laboran los autores, la ligadura tubárica puerperal se lleva a cabo la mañana siguiente al parto y la practica un equipo quirúrgico designado solo para esa función. La realización en ese momento reduce al mínimo la estancia en el hospital, pero también la probabilidad de que la hemorragia posparto complique la recuperación después de la cirugía. El estado del recién nacido también puede confirmarse mejor antes del procedimiento. En cambio, algunos cirujanos prefieren efectuar la esterilización de inmediato después del parto y administran la analgesia neuroaxial ya aplicada para el trabajo de parto. Con la designación de estas operaciones posparto como urgentes, pueden reducirse las barreras para la esterilización en este modelo. Esto se aplica sobre todo a las unidades tocoquirúrgicas con alto volumen de pacientes, que por lo general priorizan la disponibilidad limitada de sus quirófanos para procedimientos intraparto (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2018).

Selección del método

En general, para la esterilización posparto se extirpa un segmento intermedio de la trompa y los extremos cortados sellan mediante fibrosis y recrecimiento peritoneal. Los métodos usados a menudo incluyen las técnicas de Parkland, Pomeroy y Pomeroy modificada. Con menor frecuencia se usan los broches de Filshie y la evidencia registra una eficacia un poco menor (Madari, 2011; Rodriguez, 2011, 2013). Las técnicas de Irving y Uchida o la fimbriectomía de Kroener ...

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