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INTRODUCCIÓN

En un análisis de la mortalidad materna en Estados Unidos entre 2011 y 2013, las muertes relacionadas con hemorragias, trastornos hipertensivos y embolia mostraron tasas con tendencia a la disminución. En cambio, las muertes atribuibles a enfermedades cardiovasculares han aumentado y causan casi 25% de todas las muertes relacionadas con el embarazo (Creanga, 2017; Petersen, 2019). El reciente desarrollo de comités estatales de revisión de mortalidad materna ha destacado estos aspectos y la evolución relativamente prolongada de la enfermedad. Hasta un año después del término del embarazo, los episodios cardiacos fueron la tercera causa de muerte para las mujeres en Texas de 2012 a 2015 (Texas Maternal Morbidity Task Force, 2018). Estos trastornos también representan una morbilidad materna significativa y son una razón común para las hospitalizaciones en la unidad de cuidados intensivos (Small, 2012).

Las enfermedades cardiovasculares complican 1% a 4% de los embarazos en Estados Unidos (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2019). Es probable que la creciente prevalencia sea multifactorial e incluya las tasas más elevadas de obesidad, hipertensión y diabetes (Klingberg, 2017). De acuerdo con el National Center for Health Statistics, casi 50% de los adultos de 20 años o más tiene al menos un factor de riesgo para enfermedad cardiovascular (Fryar, 2012). Otra razón relacionada es el retraso en la maternidad. Por último, como se revisa más adelante, se ha embarazado un número creciente de mujeres con cardiopatías congénitas.

La importancia de las cardiopatías y sus efectos adversos sobre la morbilidad y la mortalidad del embarazo llevaron al American College of Obstetricians and Gynecologists a crear la Task Force on Pregnancy and Heart Disease. Su propósito era enfatizar la prevalencia y el efecto de las cardiopatías en el embarazo, proporcionar orientación para la identificación de los factores de riesgo, describir los trastornos cardiovasculares comunes, emitir recomendaciones para el tratamiento y desarrollar una atención integral entre embarazos para estas mujeres.

CONSIDERACIONES FISIOLÓGICAS EN EL EMBARAZO

Fisiología cardiovascular

Los notables cambios anatómicos y funcionales que induce el embarazo en la fisiología cardiaca pueden tener un efecto profundo y negativo en la enfermedad cardiaca subyacente. Estos cambios se analizan con detalle en el capítulo 4 y algunos se enumeran en el cuadro 52–1 (Clark, 1989). Es importante destacar que el gasto cardiaco aumenta casi 40% durante el embarazo. Cerca de la mitad de este total se produce a las ocho semanas de gestación y es máximo a la mitad del embarazo (Capeless, 1989). Este aumento temprano se origina por el incremento del volumen sistólico, que resulta de la disminución de la resistencia vascular. Más adelante en el embarazo, el pulso en reposo y el volumen sistólico son aún más altos por el mayor volumen ventricular telediastólico que ocurre como consecuencia del ...

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