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En la mayoría de los casos al momento del nacimiento, el recién nacido se encuentra sano y vigoroso, pero en ocasiones se requieren cuidados especiales. Por esta razón, la American Academy of Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists (2017a) recomendaron que todo nacimiento sea atendido por al menos un individuo calificado. Esta persona debe tener capacitación en los pasos iniciales de atención del recién nacido y en la aplicación de respiración con presión positiva y su única responsabilidad debe ser la atención del recién nacido. Esto suele realizarlo un médico pediatra, una enfermera titulada, anestesiólogo, enfermera anestesista o personal de enfermería con capacitación especial. Sin embargo, en ausencia de alguno de estos especialistas, la responsabilidad de la reanimación neonatal recae en el obstetra que atiende el nacimiento. Así, el médico obstetra debe estar capacitado en la aplicación de medidas para la atención inmediata del recién nacido.
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El número y puntuaciones del personal que atiende el parto variará dependiendo del riesgo anticipado, el número de productos que nacen y de la situación hospitalaria. Un equipo calificado con habilidades de reanimación plenas debe estar presente en los partos de alto riesgo y debe estar disponible de inmediato para la reanimación. Este equipo no debe estar de guardia en casa o en un área distante del hospital. Además, se recomienda que este equipo realice prácticas de simulación frecuentes para todas las personas que participarán en la atención del parto (Aziz, 2020).
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TRANSICIÓN A LA RESPIRACIÓN DE AIRE
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Inmediatamente después del nacimiento, el recién nacido cambiará con rapidez del intercambio gaseoso placentario al pulmonar. La resistencia vascular pulmonar debe disminuir notablemente, con incremento rápido de la perfusión pulmonar con el cierre de cortocircuitos vasculares fetales singulares para que ocurra la separación entre las circulaciones pulmonar y general. Estos cortocircuitos incluyen el conducto arterioso permeable y el agujero oval permeable, descritos en el capítulo 7. La entrada de aire pulmonar es crítica para el intercambio gaseoso pulmonar. Estudios recientes sugieren que también causa los cambios cardiovasculares al nacimiento (Hooper, 2019).
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En el útero, los campos pulmonares están llenos de líquido amniótico, que debe eliminarse con rapidez para que ocurra la respiración de aire. Varios mecanismos contribuyen y estos pueden depender de la edad gestacional y del mecanismo del nacimiento. En primer lugar, en fetos a término, la gran liberación de adrenalina fetal en etapas avanzadas del trabajo de parto estimula a las células epiteliales pulmonares para que interrumpa la secreción y en su lugar inicia en la reabsorción de líquido pulmonar por la activación de los conductos de sodio (te Pas, 2008). Este mecanismo probablemente sea menor, ya que el bloqueo de los receptores de activación de los conductos de sodio reduce o retrasa la eliminación de líquido de los pulmones al momento del nacimiento, pero no lo impide (Buchiboyina, 2017...