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Las endocrinopatías tienen una relación estrecha con un embarazo por varias razones. Un ejemplo es la proclividad gestacional a la secreción hormonal formidable, que tal vez se ilustra mejor por el lactógeno placentario en la diabetes. Esta es la endocrinopatía más frecuente encontrada en el embarazo y se describe en el capítulo 57. El embarazo también se interrelaciona con algunas endocrinopatías que se deben al menos en parte a la disregulación inmunitaria. Las manifestaciones clínicas son resultado de una interrelación compleja entre factores genéticos, ambientales y endógenos que activan el sistema inmunitario contra células específicas en los órganos endocrinos. En una interacción extraordinaria, los estudios han implicado el injerto materno de células fetales transferidas durante el embarazo. Estas células producen más tarde la producción de anticuerpos, destrucción de tejidos y endocrinopatías autoinmunitarias.
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Considerados en conjunto, estos trastornos son frecuentes en mujeres jóvenes, por lo que se encuentran con frecuencia en el embarazo. La función tiroidea materna y fetal tienen una relación íntima, y los fármacos que afectan la tiroides materna afectan la glándula fetal. Además, los autoanticuerpos tiroideos se relacionan con tasas más altas de pérdida temprana del embarazo. La tirotoxicosis no controlada y el hipotiroidismo no tratado se relacionan con resultados adversos del embarazo. Por último, la evidencia sugiere que la gravedad de algunas enfermedades tiroideas autoinmunitarias podría aminorarse durante el embarazo, solo para intensificarse en el puerperio.
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Fisiología tiroidea y embarazo
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Los cambios tiroideos maternos son sustanciales; en ocasiones, los cambios normales en la estructura y función de la glándula se confunden con anormalidades tiroideas. Estas alteraciones se describen con detalle en el capítulo 4 y las concentraciones séricas normales de la hormona se encuentran en el Apéndice. Primero, la concentración sérica materna de la globulina de unión tiroidea aumenta junto con las concentraciones de la hormona tiroidea total y libre. Segundo, la tirotropina, también llamada hormona estimulante de la tiroides (TSH, thyroid-stimulating hormone), tiene una función central en la detección y diagnóstico de muchos trastornos tiroideos, pero los valores cambian durante todo el embarazo. Un hecho notable es que los receptores para TSH son estimulados, aunque de manera débil, por las cantidades masivas de gonadotropina coriónica humana (hCG, human chorionic gonadotropin) secretadas por el trofoblasto placentario. Ya que la TSH no cruza la placenta, no tiene efectos fetales directos. Durante las primeras 12 semanas de gestación, cuando los valores maternos de hCG sérica son máximos, se estimula la secreción de hormona tiroidea. Los valores más altos resultantes de tiroxina sérica libre (T4) suprimen la hormona liberadora de tirotropina (TRH, thyrotropin-releasing hormone) hipotalámica y a su vez, limita la secreción hipofisaria de TSH (fig. 61–1). Por consiguiente, la TRH es indetectable en el suero materno. Por el contrario, a partir de la mitad de la gestación, la TRH se vuelve ...