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Las infecciones de transmisión sexual (STI, sexually transmitted infections) incluyen sífilis, gonorrea, infecciones por clamidia y tricomonas, e infecciones por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, human inmunodeficiency virus), virus del herpes simple (HSV, herpes simplex virus), virus del papiloma humano (HPV, human papillomavirus) y los virus de la hepatitis B y C. En la descripción de su patogenia, la transmisión horizontal es la transferencia a un contemporáneo. Por otra parte, la transmisión vertical se refiere al paso de un agente infeccioso de la madre al feto a través de la placenta, durante el trabajo de parto o el parto o por amamantamiento. Muchas STI pueden dañar a la madre o al feto. Por lo tanto, estas enfermedades se identifican mediante detección asintomática y pruebas diagnósticas en personas sintomáticas, para luego tratarlas. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) proporcionan guías, las cuales se describen a lo largo de este capítulo.
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Para la detección y el diagnóstico de STI, en algunos casos se recomiendan pruebas serológicas que reconocen anticuerpos formados por la paciente contra el patógeno. En otros es adecuada la detección directa de un agente infeccioso mediante cultivo o una prueba de amplificación de ácido nucleico (NAAT, nucleic acid amplification test) de líquidos corporales o lesiones. Las NAAT incluyen cualquier método molecular usado para identificar DNA o RNA de un patógeno. Las NAAT pueden ser pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, polymerase chain reaction) (lo más frecuente), pruebas de amplificación mediada por trascripción (TMA, transcription-mediated amplification) u otras. Las NAAT son cualitativas (reconocen solo la presencia o ausencia) o cuantitativas, según sea la prueba específica. Los términos NAAT y PCR pueden usarse de manera indistinta en algunos casos, cuando es apropiado.
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Si se identifica una STI, se ofrece a las pacientes la detección de todas las STI, ya que estas infecciones a menudo son concomitantes. El tratamiento de la mayor parte de las STI se relaciona con mejor resultado del embarazo y prevención de la morbilidad perinatal. Como es lógico, la enseñanza, detección, tratamiento y prevención son elementos esenciales de la atención prenatal.
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Esta infección es todavía una amenaza sustancial para la madre y el feto. Desde 2001, la tasa combinada de sífilis primaria y secundaria ha aumentado casi cada año y en 2019 la tasa era de 4 casos por 100 000 personas entre las mujeres (Centers for Disease Control and Prevention, 2021b). En cuanto a la sífilis congénita, la tasa en 2019 fue de 48 casos por 100 000 nacidos vivos. Esto representa un aumento de casi 300% desde 2015. Entre los riesgos, las tasas más elevadas de sífilis congénita se relacionan con atención prenatal inadecuada, consumo de sustancias durante el embarazo, grupo étnico afroamericano y falta de detección y tratamiento (Smullin, 2021). Los CDC también incluyen el ...