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ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
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En el mundo casi 50 millones de personas viven con demencia. La enfermedad de Alzheimer (AD, Alzheimer’s disease) es la causa más frecuente de demencia y se calcula que contribuye a 60% a 70 % de los casos. Se calcula que la mediana anual del costo total por la atención de un solo paciente con AD avanzada es > 50 000 dólares, en tanto que el costo emocional para los familiares y cuidadores es incalculable. La AD puede manifestarse desde la tercera década de vida, pero es la causa más frecuente de demencia en los adultos mayores. Por lo general, los pacientes se presentan con pérdida gradual de la memoria episódica, seguida de demencia de progresión lenta. En la AD amnésica típica la atrofia cerebral comienza en la porción medial de los lóbulos temporales antes de extenderse a las porciones inferior y lateral de los lóbulos temporales, la porción medial de los lóbulos parietales y la porción dorsolateral de las cortezas frontales. En el examen microscópico hay placas neuríticas que contienen β amiloide (Aβ), ovillos neurofibrilares (NFT, neurofibrillary tangles) formadas por filamentos tau hiperfosforilados y acumulación de Aβ en las paredes de los vasos sanguíneos de la corteza y en las leptomeninges (angiopatía amiloidea, véase adelante “Patología”). La identificación de las mutaciones causales y los genes de susceptibilidad para AD sentó las bases para avanzar con rapidez en la comprensión de la base biológica del trastorno. El factor de riesgo genético principal para la AD es el alelo ε4 del gen de la apolipoproteína E (ApoE). El hecho de ser portador del alelo ε4 aumenta el riesgo de padecer AD entre 2 y 3 veces más en mujeres, mientras que ser portadora de dos alelos incrementa el riesgo entre 10 y 15 veces más en ambos sexos. Gracias al avance tan rápido en la creación de bioindicadores imagenológicos, de líquido cefalorraquídeo (LCR) y plasma de Aβ y tau fosforilada ha sido posible detectar las características patológicas de la AD en personas vivas, abriendo la puerta a la detección e intervención tempranas con terapias específicas desde el punto de vista biológico.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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Los cambios cognitivos de la AD tienden a seguir un patrón característico, comienza con la alteración de la memoria y progresa a deficiencias del lenguaje y visuoespaciales, seguidas por disfunción ejecutiva. Sin embargo, cerca del 20% de los pacientes con AD se presenta con síntomas no relacionados con la memoria, como dificultad para encontrar las palabras, de organización y de orientación. En otros pacientes, la disfunción del procesamiento visual (referida como síndrome de atrofia cortical posterior) o una afasia progresiva “logopénica” caracterizada por dificultades para la denominación y repetición son las principales manifestaciones de la AD durante años antes de evolucionar y afectar la memoria y otros dominios cognitivos. Otros pacientes más se presentan con un síndrome acinético-rígido-distónico asimétrico (“corticobasal”) o una “variante frontal” ...