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INTRODUCCIÓN

En Estados Unidos, cada año se registran casi 3.75 millones de nacimientos y más de 130 millones en todo el mundo. Una proporción considerable de estos nacimientos tiene complicaciones por trastornos médicos. Los avances en la atención médica y el tratamiento de la fecundidad han incrementado la cifra de mujeres con problemas clínicos graves que intentan embarazarse. Las enfermedades que interfieren con las adaptaciones fisiológicas del embarazo elevan el riesgo de fracaso y, por el contrario, en algunos casos es el propio embarazo el que influye de manera adversa en una afección subyacente.

HIPERTENSIÓN ARTERIAL

(Véase también el cap. 277) En el embarazo, el gasto cardiaco aumenta un 40%, en particular por el incremento del volumen sistólico. La frecuencia cardiaca aumenta casi 10 latidos por minuto (lpm) durante el tercer trimestre. En el segundo, la resistencia vascular sistémica disminuye y se acompaña también de un descenso de la presión arterial. Durante la gestación, una presión arterial ≥ 140/90 mmHg se considera irregularmente alta y se vincula con un incremento considerable de la morbilidad y la mortalidad perinatales. El diagnóstico de hipertensión arterial requiere la obtención de dos mediciones altas de la presión arterial, separadas por un mínimo de 4 h. La hipertensión arterial durante el embarazo suele deberse a preeclampsia, hipertensión arterial gestacional o hipertensión arterial crónica. Estas clasificaciones se distinguen con base en la cronología del embarazo y la presencia de otras características (véase más adelante).

PREECLAMPSIA

Cerca del 5% al 7% de todas las embarazadas desarrolla preeclampsia, hipertensión arterial de reciente aparición (presión arterial ≥ 140/90 mmHg) y proteinuria (proteína urinaria en 24 h > 300 mg/24 h o índice proteína-creatinina ≥ 0.3) después de las 20 semanas de gestación. Es posible diagnosticar preeclampsia sin proteinuria ante síntomas o anormalidades de los análisis que causan preocupación por la posibilidad de lesionar órganos terminales. Ciertas características clínicas pueden tomarse como signos de preeclampsia grave, incluidas hipertensión pronunciada (presión arterial ≥ 160/110 mmHg), síntomas nuevos (cefalea que no responde a los medicamentos, cambios visuales, dolor epigástrico constante y pronunciado o edema pulmonar) o anormalidades de los análisis que señalan trombocitopenia (plaquetas < 100 x 109/L), insuficiencia renal (creatinina > 1.1 mg/100 mL) o insuficiencia hepática (elevación de las transaminasas al doble de la concentración normal). El síndrome HELLP (hemolysis, elevated liver enzymes, low platelets) es un subtipo especial de preeclampsia que se acompaña de signos graves y constituye una causa importante de morbimortalidad. Otras complicaciones de la preeclampsia de órgano terminal son coagulopatía, accidente cerebrovascular (CVA, cerebrovascular accident), rotura de la cápsula hepática y desprendimiento prematuro de placenta.

La fisiopatología precisa de la preeclampsia aún se desconoce, pero es probable que contribuyan al síndrome clínico la isquemia uteroplacentaria crónica, una reacción inflamatoria materna excesiva o el desequilibrio de ciertos factores angiógenos. Es ...

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