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NOSOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD Y MEDICINA DE PRECISIÓN

La nosología moderna de las enfermedades se originó a finales del siglo XIX y representó una clara separación de las descripciones holísticas y limitadas de la enfermedad surgidas con Galeno. En esta categoría, la definición de cualquier enfermedad se basa en gran medida en observaciones clínico-patológicas. Al igual que se requiere la correlación entre los signos y síntomas clínicos con el resultado de la anatomía patológica de los materiales de necropsia, las enfermedades tienden a caracterizarse por el órgano afectado en el cual se manifiesta el síndrome primario y por su presentación en etapas tardías. Morgagni institucionalizó este marco de referencia con la publicación de la obra De sedibus et causis morborum per anatomen indagatis en el año 1761, en la cual correlacionó las manifestaciones clínicas de los pacientes con más de 600 necropsias realizadas en la Universidad de Padua, lo que demostró las bases anatómicas de la fisiopatología de la enfermedad. Las observaciones clinicopatológicas sirvieron como base para el pensamiento inductivo relacionado con la aplicación de la navaja de Occam, en la cual la complejidad de la enfermedad se redujo a su forma más simple posible. Mientras que este método para definir la enfermedad en los seres humanos ha predominado durante más de un siglo y ha facilitado el control de muchas enfermedades que antes se consideraban incurables, los métodos diagnósticos demasiado abiertos y los diagnósticos “oslerianos” simplificados se acompañan de notorios inconvenientes. Éstos incluyen la incapacidad para diferenciar la causa subyacente de muchas diferentes enfermedades con patofenotipos comunes, aunque no se limitan a ella. Por ejemplo, muchas afecciones pueden provocar nefropatía en etapa terminal o insuficiencia cardiaca. Con el paso del tiempo, la clasificación de los trastornos neurodegenerativos o de linfomas, así como de muchas otras enfermedades, se ha vuelto más refinado y preciso conforme se identifican las causas subyacentes. Estas distinciones son importantes para proporcionar información útil para el pronóstico de pacientes individuales con enfermedades incluso de alta prevalencia. Además, los tratamientos pueden ser ineficaces por la falta de comprensión de la sutil complejidad molecular y de los factores específicos que producen la enfermedad.

A partir de mediados del siglo XX, la medicina molecular ofreció la posibilidad ideal de identificar la base molecular subyacente de cada enfermedad. Mediante un modelo reduccionista convencional, los médicos investigadores exploraron los mecanismos de la enfermedad en un plano cada vez más molecular en busca de las causas moleculares de varias enfermedades en seres humanos (o de un número limitado de ellas). Sin embargo, a pesar de este método científico que ahora se considera convencional y que se utilizó para descubrir varios mecanismos de la enfermedad, las manifestaciones clínicas de muy pocas enfermedades podrían explicarse a partir de un mecanismo molecular simple. Incluso el conocimiento de que la mutación de la cadena β de la globina causa la drepanocitosis no predice muchas de las diferentes manifestaciones de la enfermedad (síndrome de apoplejía, crisis ...

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