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INTRODUCCIÓN

La náusea es la sensación subjetiva de la necesidad de vomitar. El vómito es la expulsión del contenido gastrointestinal por vía bucal por contracciones del intestino y de la musculatura de la pared toracoabdominal; es diferente a la regurgitación, el paso sin esfuerzo del contenido gástrico hacia la boca. La rumiación es la regurgitación repetida de residuos alimentarios, que pueden ser masticados nuevamente y deglutidos. A diferencia del vómito, estos fenómenos muestran un control voluntario. El término dispepsia abarca una amplia variedad de síntomas entre los que se incluyen náusea, vómito, pirosis, regurgitación e indigestión (presencia de síntomas que parecen originarse en la región gastroduodenal). Algunos individuos con dispepsia informan sensación de plenitud posprandial, saciedad temprana (incapacidad para consumir una comida por completo por sensación prematura de plenitud), distensión, eructos y anorexia. Otros señalan sensación urente de predominio epigástrico o dolor. La náusea, el vómito y la disepsia se correlacionan con el trastorno por evitación/restricción del consumo de alimentos.

NÁUSEA Y VÓMITO

MECANISMOS

El vómito se encuentra coordinado por el tronco del encéfalo y se lleva a cabo por respuestas en el intestino, faringe y musculatura somática. Los mecanismos asociados a la náusea son pobremente entendidos, pero es probable que afecten la corteza cerebral, ya que la náusea necesita información cognitiva y emocional, además se asocia con respuestas autónomas como diaforesis, palidez y frecuencia cardiaca alterada. Los estudios de imágenes cerebrales funcionales apoyan esta idea y durante la náusea muestran la activación de regiones cerebrales incluida la ínsula, la corteza cingulada anterior y la amígdala.

Coordinación del vómito

Los núcleos de tronco del encéfalo, lo que incluye el núcleo del haz solitario, núcleos frénico y vagal dorsal, núcleos del bulbo raquídeo que regulan la respiración y los núcleos que controlan los movimientos faríngeos, faciales y linguales son las estructuras que coordinan el inicio del vómito. En esta coordinación participan las vías de la neurocinina NK, la serotonina 5-HT3, el sistema endocannabinoide y vasopresina.

Los músculos somáticos y viscerales responden de manera estereotipada durante el vómito. Se contraen los músculos respiratorios de la pared torácica y abdominal, con incremento de las presiones intratorácicas e intraabdominales, con lo que se evacua el estómago. Las contracciones intestinales migratorias distales suelen regularse por un fenómeno eléctrico, las ondas lentas, con ciclos de 3/min en el estómago y 11/min en el duodeno. Durante el vómito, las ondas lentas se ven suprimidas y son sustituidas por incrementos súbitos que se propagan y que desencadenan contracciones retrógradas que favorecen la expulsión del contenido intestinal.

Activadores del vómito

El acto de estimular el vómito actúa en varios sitios. El vómito desencadena sensaciones molestas a través de pensamientos u olores que se originan en el encéfalo. La cinetosis y los trastornos del oído interno actúan ...

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