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El absceso cerebral es una infección supurativa y focal dentro del parénquima encefálico, rodeado típicamente de una cápsula vascularizada. Por lo general, se utiliza el término cerebritis para describir el absceso no encapsulado.
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El absceso cerebral bacteriano es una infección intracraneal relativamente rara, con incidencia de casi 0.3 a 1.3 casos por 100 000 personas al año. Entre los trastornos o situaciones predisponentes están otitis media y mastoiditis, sinusitis paranasal, infecciones piógenas del tórax u otros sitios, traumatismo craneoencefálico penetrante o procedimientos neuroquirúrgicos e infecciones dentales. En individuos con buena respuesta inmunitaria, los patógenos más importantes incluyen especies de Streptococcus (anaerobios, aerobios y viridans [40%]), enterobacterias (especies de Proteus, E. coli, especies de Klebsiella [25%]), anaerobios (p. ej., especies de Bacteroides, especies de Fusobacterium [30%]) y estafilococos (10%). En hospedadores con inmunodeficiencia e inmunodepresión subyacente por infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), trasplante de órganos, cáncer o tratamiento inmunodepresor, la mayor parte de los abscesos encefálicos son causados Toxoplasma gondii y por bacterias de los géneros Nocardia, Aspergillus, Candida y C. neoformans. En América Latina y en inmigrantes que llegan a Estados Unidos de esa región, la causa más frecuente de absceso cerebral es la neurocisticercosis por Taenia solium (neurocisticercosis). En India y el Lejano Oriente, la infección por micobacterias (tuberculoma) sigue siendo una causa importante de masas patológicas focales en el sistema nervioso central (SNC).
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Un absceso cerebral puede formarse por: 1) propagación directa desde un foco de infección craneal contiguo, como sinusitis paranasal, otitis media, mastoiditis o infección dental; 2) después de un traumatismo craneal o de una intervención neuroquirúrgica, o 3) como resultado de la diseminación hematógena desde un foco infeccioso distante. Hasta en 25% de los casos no se encuentra algún foco primario de infección (absceso cerebral criptógeno).
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Alrededor de un tercio de los abscesos cerebrales tiene como punto de partida otitis media y mastoiditis, a menudo con un colesteatoma acompañante. Los abscesos otógenos predominan en el lóbulo temporal (55% a 75%) y en el cerebelo (20% a 30%). En algunas series, hasta 90% de los abscesos en cerebelo son otógenos. Los microorganismos involucrados con mayor frecuencia son estreptococos, especies de Bacteroides, Pseudomonas, Haemophilus y enterobacterias. Los abscesos que resultan de propagación directa de la infección desde los senos frontales, etmoidales o esfenoidales y los debidos a infecciones en piezas dentales por lo común se localizan en los lóbulos frontales. Un 10% de los abscesos cerebrales está vinculado con sinusitis paranasal, y tal relación es particularmente importante en varones jóvenes en el segundo y tercer decenios de vida. Los patógenos detectados con mayor frecuencia en abscesos cerebrales vinculados con sinusitis paranasal son estreptococos (en particular Streptococcus milleri), especies de Haemophilus, Bacteroides, Pseudomonas y S. aureus...