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INTRODUCCIÓN

El médico que trata a una persona con fiebre y en fase aguda debe ser capaz de identificar las infecciones que exigen atención urgente; si estas no se valoran y tratan de manera adecuada desde la primera consulta, se perderá la oportunidad de revertir un desenlace adverso. En este capítulo se exponen las presentaciones clínicas y la atención de los pacientes en situaciones de urgencia por enfermedades infecciosas. Estos trastornos infecciosos y sus tratamientos se revisan con mayor detalle en otros capítulos.

ESTUDIO DEL PACIENTE Enfermedad febril aguda

La valoración inmediata del aspecto general del paciente aporta datos útiles antes de emprender la anamnesis y la exploración física. Cuando el médico es perceptivo, su impresión subjetiva de que el cuadro clínico corresponde a una septicemia o es tóxico suele ser exacta. La agitación o la ansiedad visibles en un individuo febril pueden presagiar una enfermedad muy grave.

ANAMNESIS

Los síntomas iniciales a menudo son inespecíficos. Es preciso plantear preguntas detalladas sobre el comienzo y la duración de los síntomas y sus cambios de intensidad o velocidad de evolución en el transcurso del tiempo. Los factores del hospedador, como los extremos de edad y las enfermedades concomitantes, pueden aumentar el riesgo de infección con ciertos microorganismos o de una evolución más fulminante de la usual. La falta de función esplénica, el alcoholismo con compromiso hepático significativo, el consumo de drogas IV, la infección con VIH, diabetes, neoplasias malignas, obesidad mórbida, trasplante de órganos y la quimioterapia predisponen a infecciones específicas y con frecuencia a cuadros más graves. Se interroga al paciente acerca de factores que ayuden a identificar el foco de una infección invasora, como infecciones recientes de las vías respiratorias altas, gripe o varicela; traumatismos previos; destrucción de las barreras cutáneas por desgarros, quemaduras, cirugías, perforaciones corporales o úlceras por decúbito; así como la existencia de cuerpos extraños o prótesis articulares. Los viajes, la presencia durante un desastre natural como un huracán o un tsunami, el contacto con mascotas u otros animales, o las actividades que podrían implicar exposición a garrapatas o mosquitos pueden conducir a diagnósticos que no se considerarían de otra forma. Los alimentos recientes, fármacos, contacto con sujetos enfermos en el ámbito social o laboral, antecedentes de vacunaciones, contactos sexuales recientes y antecedentes menstruales, pueden ser elementos importantes. El embarazo puede aumentar el riesgo y gravedad de algunas enfermedades, como la gripe o COVID-19; la infección por Listeria o por el virus del Zika aumentan el riesgo de morbilidad para el feto. La revisión de órganos y sistemas debe orientarse a identificar cualquier signo del sistema nervioso o alteración del estado de consciencia, exantemas o lesiones de la piel y dolor focal espontáneo o a la palpación.

EXPLORACIÓN FÍSICA

Es preciso efectuar una exploración física completa y atención especial a algunas zonas descuidadas en las revisiones habituales, como la valoración del aspecto general y la exploración de piel y tejidos blandos, así como la valoración ...

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