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INTRODUCCIÓN

Los antimicrobianos han repercutido de forma muy importante en la salud de los seres humanos. Junto con las vacunas, han contribuido a disminuir la mortalidad, prolongar la vida y mejorar su calidad. Aunque, una característica peculiar de estos es que su uso induce resistencia de los patógenos que deben combatir, así como la de otros microorganismos “espectadores”. De hecho, la historia de los antimicrobianos tiene como motor, en gran medida, la necesidad médica que surge con la aparición de resistencia a cada generación de fármacos; por lo que tiene importancia particular su uso cuidadoso y adecuado, no solo para optimizar su eficacia y llevar al mínimo sus efectos adversos, sino para aminorar lo más posible el riesgo de resistencia y conservar la utilidad de los fármacos existentes. Si bien este capítulo se centra en los antibióticos, para usar de manera óptima todos los antimicrobianos es indispensable conocer los mecanismos de acción y de resistencia, espectro de actividad, propiedades farmacológicas y perfil de reacciones adversas de cada fármaco. Luego esta información se aplica en el contexto del cuadro inicial, trastornos primarios y aspectos epidemiológicos, para definir el sitio y probable naturaleza de la infección u otras enfermedades, y así elegir el mejor tratamiento. Es importante reunir la información microbiológica para definir con mayor precisión las selecciones terapéuticas con base en el patógeno corroborado, y datos de susceptibilidad siempre que sea posible, y con dicha información también se facilita la selección de tratamiento más particularizado y con ello aminora el riesgo de que surjan bacterias resistentes por selección evolutiva. La duración del tratamiento se determina en función de la naturaleza de la infección y la respuesta del paciente al tratamiento, y en este sentido los estudios clínicos ofrecen información valiosa, cuando se dispone de ellos, a sabiendas de que es menos probable que los ciclos más breves induzcan resistencia que los más prolongados. Este capítulo y el siguiente aportan datos específicos, indispensables para elegir adecuadamente el antibiótico idóneo. Los mecanismos de acción de los antibacterianos se analizan a detalle en este capítulo, en tanto que el capítulo 145 revisa los mecanismos de resistencia implicados; un resumen de ambos sobre los grupos más comunes se aprecia en el cuadro 145–1, y la figura 145–1 presenta un esquema de los sitios de acción antibiótica.

MECANISMOS DE ACCIÓN

(Véase cuadro 145–1)

Los sitios en que actúan los antibióticos utilizados en medicina clínica incluyen múltiples componentes esenciales de las estructuras y el metabolismo de las bacterias, y la interacción del fármaco con el sitio “destinatario” de acción origina la inhibición de la proliferación y la replicación bacteriana (efecto bacteriostático) o la destrucción de la bacteria (efecto bactericida). En términos generales, se han elegido los sitios de acción porque no existen en células de los mamíferos o en su funcionamiento o no son tan diferentes de sus equivalentes bacterianos como para ...

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