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La humanidad tiene tres grandes enemigos: la fiebre, el hambre y la guerra; de ellos, el mayor y más terrible, con mucho, es la fiebre.
—William Osler, 1896
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El paludismo es una enfermedad producida por protozoos y transmitida por la picadura del mosquito Anopheles hembra infectado. Es la más importante de todas las parasitosis de los seres humanos, se transmite en 91 países en los que residen 3 000 millones de personas y causa alrededor de 1 200 fallecimientos cada día. En 2019 se calculó que había 229 millones de casos y 409 000 muertes (es decir, casi 1 100 muertes cada día). Las tasas de mortalidad disminuyeron de forma drástica entre 2000 y 2015 como resultado de los programas de control muy efectivos en varios países, pero desde entonces, el progreso se ha revertido y el número mundial de casos calculado ha aumentado de manera constante. El paludismo se ha eliminado de Estados Unidos, Canadá, Europa y Rusia desde hace más de 50 años, pero su prevalencia aumentó en muchas zonas tropicales entre 1970 y 2000. En reacción a dicho incremento se han destinado inversiones sustanciales para mejorar el acceso al diagnóstico preciso, a tratamientos eficaces y a mosquiteros impregnados de insecticida. Una cantidad cada vez mayor de países que tenían una transmisión baja de paludismo se están enfocando en la eliminación del mismo. Este ambicioso objetivo lo ha obstaculizado la resistencia cada vez mayor a los antipalúdicos y los insecticidas.
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El paludismo es aún, como lo fue durante siglos, una pesada carga en comunidades tropicales, una amenaza en países no endémicos y un peligro para los viajeros.
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ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
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Seis especies del género Plasmodium ocasionan casi todas las infecciones palúdicas en los seres humanos. Estas comprenden P. falciparum, P. vivax, dos especies morfológicamente simpátricas idénticas de P. ovale (curtisi y wallikeri), P. malariae y, en el sureste asiático, P. knowlesi, parásito del paludismo de simios (cuadro 224–1). En ocasiones, las personas también se infectan con los parásitos del mono P. simium (Sudamérica) y P. cynomolgi (sureste de Asia). Si bien casi todas las defunciones son efecto del paludismo de tipo falciparum, P. knowlesi y algunas veces P. vivax pueden ocasionar enfermedad grave. La infección en el ser humano se inicia cuando un mosquito Anopheles hembra, al picar al ser humano para alimentarse de sangre, inocula esporozoítos de los plasmodios que permanecen en sus glándulas salivales (fig. 224–1). Estas formas microscópicas móviles del parásito palúdico se desplazan con rapidez por el torrente sanguíneo hasta el hígado, donde invaden las células parenquimatosas hepáticas e inician un periodo de reproducción asexuada. Mediante este proceso de amplificación (denominado esquizogonia intrahepática o preeritrocítica), un solo esporozoíto puede producir de 10 000 a más de 30 000 merozoítos hijos. El hepatocito turgente se rompe al final y expulsa merozoítos móviles que ...