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PERSPECTIVA HISTÓRICA

La electrofisiología cardiaca clínica es la subespecialidad de la cardiología que se enfoca en el estudio y tratamiento de los trastornos del ritmo cardiaco. El desarrollo del moderno electrocardiograma de superficie (ECG) por Willem Einthoven hace más de 100 años permitió comprender la relación entre los potenciales eléctricos cardiacos, la función cardiaca mecánica y la fisiopatología de las arritmias cardiacas. A mediados del siglo XX, el registro de corrientes de membrana celular permitió comprender que el ECG de superficie representa la suma de la actividad eléctrica de las células cardiacas. La comprensión de la electrofisiología celular también llevó al desarrollo de fármacos antiarrítmicos utilizados por los electrofisiólogos cardiacos.

La era moderna de la electrofisiología cardiaca clínica comenzó con los primeros registros de electrogramas intracardiacos humanos en el decenio de 1960. Al inicio, los estudios de electrofisiología invasiva se limitaban a herramientas de diagnóstico. Esto incluyó pruebas electrofisiológicas en serie para valorar los mecanismos de arritmias y valorar la supresión de arritmias mediante fármacos antiarrítmicos, así como estimulación programada del corazón para la estratificación del riesgo de muerte súbita de origen cardiaco. En los decenios de 1960 y 1970, la cirugía cardiaca fue el único tratamiento invasivo disponible para las arritmias cardiacas. Más tarde, el desarrollo de la ablación por catéter de radiofrecuencia en el decenio de 1980 dio lugar a la era de la electrofisiología cardiaca intervencionista. Además, con el desarrollo de dispositivos para tratamiento del ruido cardiaco implantados, incluidos los marcapasos y desfibriladores, la electrofisiología cardiaca clínica se convirtió en una subespecialidad médica separada.

ELECTROFISIOLOGÍA CELULAR

El potencial de acción cardiaca (AP, action potential) dirige el comportamiento electrofisiológico de todos los miocitos cardiacos. El potencial de acción se caracteriza morfológicamente por cinco fases distintas, denominadas fases 0–4, como se muestra en la figura 243–1. Además, a medida que la actividad electrofisiológica ventricular representa los complejos QRS y T del electrocardiograma de superficie, cada fase del potencial de acción de los tejidos ventriculares corresponde a distintas fases del electrocardiograma de superficie: La fase 0, el ascenso rápido, corresponde a la deflexión del complejo QRS; las fases 1–2 corresponden al segmento ST; la fase 3 corresponde a la onda T y la fase 4 corresponde al segmento entre el final de la onda T y la deflexión subsiguiente que corresponde al complejo QRS. Además, la onda P corresponde a la despolarización auricular, mientras que el intervalo PR corresponde al tiempo entre el inicio de la despolarización auricular y el inicio de la despolarización ventricular, compuesto (normalmente) en su mayor parte por el tiempo de conducción a través del nódulo AV.

FIGURA 243–1

A. Potenciales de acción celulares, auriculares y ventriculares. Las fases 0–4 son el ascenso rápido, la repolarización precoz, la fase de meseta, la repolarización tardía y la diástole, respectivamente. Las corrientes iónicas y sus respectivos genes se muestran por arriba y por debajo ...

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