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El estado de choque cardiógeno (CS, cardiogenic shock) y el edema pulmonar son afecciones que ponen en peligro la vida y requieren tratamiento como urgencias médicas, por lo general en una unidad de cuidados intensivos (ICU, intensive care unit) o de cuidados intensivos cardiacos (CICU, cardiac intensive care unit). Por lo general, la causa es la disfunción ventricular izquierda (LV, left ventricular) grave por infarto del miocardio (MI, myocardial infarction), que conduce a congestión pulmonar o hipoperfusión sistémica (fig. 305–1). La fisiopatología del edema pulmonar y del estado de choque se tratan en los capítulos 37 y 303, respectivamente.
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El CS (cardiogenic shock) es un estado de bajo gasto cardiaco que resulta en hipoperfusión e hipoxia de los órganos terminales que ponen en peligro la vida. La presentación clínica típicamente se caracteriza por hipotensión persistente (< 90 mm Hg de presión arterial sistólica) o < 60 a 65 mm Hg de presión arterial media, que no responde a la administración de volumen o con el uso de vasopresores necesarios para mantener una presión arterial adecuada (sistólica > 90 mmHg) y que se acompaña de manifestaciones clínicas de hipoperfusión periférica, como incremento de las concentraciones de lactato en sangre arterial (> 2 mmol/L). Los parámetros hemodinámicos objetivos como el índice cardiaco o la presión capilar pulmonar de enclavamiento en la arteria pulmonar, pueden ayudar a confirmar el diagnóstico, pero no son obligatorios. Las tasas de mortalidad intrahospitalaria son de 40% a 60%, dependiendo de la gravedad del choque y la causa subyacente. En fecha reciente, la nueva clasificación de la Society for Cardiovascular Angiography and Interventions (SCAI) para choque cardiógeno introdujo cinco categorías: A) en riesgo, B) etapa inicial o de prechoque, C) presentación clásica, D) deterioro del choque cardiógeno y E) choque cardiógeno extremo (fig. 305–2). La etapa de prechoque se define como evidencia clínica de hipotensión relativa o taquicardia sin hipoperfusión. Estos pacientes deben ser vigilados estrechamente y tratados en etapa temprana para evitar el desarrollo o choque cardiógeno clásico. El choque cardiógeno extremo incluye casos en los cuales deben realizarse consideraciones sobre futilidad terapéutica y tal vez deba iniciarse el tratamiento paliativo.
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