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INTRODUCCIÓN

La hepatitis crónica comprende varios trastornos hepáticos de causa y gravedad variables que se caracterizan por inflamación y necrosis hepáticas que persisten durante > 6 meses. Las variedades leves no avanzan o lo hacen en forma lenta, en tanto que las más graves se acompañan de cicatrización y organización estructural que, en fases avanzadas, culminan en cirrosis. Se han identificado varios tipos de hepatitis crónica: viral, inducida por fármacos (cap. 340) y autoinmunitaria. En muchos casos, los datos clínicos y de laboratorio son insuficientes para clasificar un caso dentro de una de estas tres categorías; se cree que estos casos “idiopáticos” también corresponden al grupo de hepatitis crónica autoinmunitaria. Por último, en algunos sujetos con trastornos hereditarios/metabólicos, como la enfermedad de Wilson (sobrecarga de cobre), deficiencia de antitripsina α1 (caps. 344 y 415) y en el hígado graso no alcohólico (cap. 343), se observan signos clínicos y datos de laboratorio propios de la hepatitis crónica e incluso dichos signos aparecen en algunos sujetos con lesión alcohólica del hígado (cap. 342). Si bien todas las variedades de hepatitis crónica comparten algunas características clínicas, bioquímicas e histopatológicas, las hepatitis crónicas virales y autoinmunitarias difieren entre sí lo suficiente como para describirse por separado. Véase la descripción de la hepatitis aguda en el cap. 339.

CLASIFICACIÓN DE LA HEPATITIS CRÓNICA

Estas comparten una serie de características histopatológicas según el sitio y la extensión de la lesión. La lesión varía desde las formas más leves, antes denominadas hepatitis crónica persistente y hepatitis crónica lobulillar, hasta la forma más grave, antes conocida como hepatitis crónica activa. Cuando se propusieron estas denominaciones se pensaba que eran importantes para el pronóstico, pero las observaciones más recientes lo han puesto en duda. La clasificación de la hepatitis crónica basada en su mayor parte en las características histopatológicas ha sido sustituida por una clasificación más informativa que se basa en una combinación de variables clínicas, serológicas e histológicas. La clasificación de las hepatitis crónicas se basa en: 1) la causa, 2) la actividad histológica o grado y 3) la magnitud del avance o estadio. Por lo tanto, ni las manifestaciones clínicas ni los rasgos histológicos (para los que se necesita una biopsia hepática o marcadores no invasivos de fibrosis) considerados por separado bastan para definir y diferenciar las distintas categorías de hepatitis crónica.

CLASIFICACIÓN SEGÚN SU CAUSA

Las manifestaciones clínicas y serológicas permiten establecer el diagnóstico de hepatitis viral crónica causada por virus de hepatitis B, hepatitis B más D o hepatitis C; hepatitis autoinmunitaria, que comprende dos subcategorías, I y II (tal vez III), según sus características serológicas; hepatitis crónica asociada con fármacos; y una categoría de causa desconocida o hepatitis crónica criptógena (cuadro 341–1). Más adelante se describen éstas con más detalle.

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