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INTRODUCCIÓN

El uso que McCarty y Hollander hicieron del microscopio con luz polarizada durante el análisis de líquido sinovial en 1961 y la aplicación posterior de otras técnicas cristalográficas, como la microscopia electrónica, el análisis elemental con dispersión de energía y la difracción radiográfica, permitieron a los investigadores identificar la importancia de diferentes microcristales, como los de urato monosódico (MSU, monosodium urate), pirofosfato de calcio (CPP, calcium pyrophosphate), apatita y oxalato de calcio (CaOx, calcium oxalate), como inductores de artritis o periartritis agudas o crónicas (cuadro 372–1). Las manifestaciones clínicas que son consecuencia del depósito de MSU, CPP, apatita y CaOx guardan muchas semejanzas, pero también tienen diferencias importantes. Dada la presentación clínica inicial muy semejante, siempre se insistirá en la necesidad de realizar análisis de líquido sinovial para diferenciar el tipo de cristales lesivos. La sola técnica de microscopia con luz polarizada permite identificar muchos de los cristales típicos, aunque la apatita es una excepción. La aspiración y el análisis de derrames también son importantes para valorar la posibilidad de infección. La diseminación de cristales a partir de depósitos inertes a causa de ciertos factores se considera un proceso clave detrás de la manifestación episódica de la inflamación aguda (gota o seudogota) que implica la activación del inflamasoma y citocinas proinflamatorias potentes, como la interleucina (IL) 1β. Además, los efectos físicos, inflamatorios y catalíticos (que incluyen a la metaloproteinasa, colagenasa o prostaglandina E2) de los depósitos de cristales en el cartílago y otras estructuras articulares puede generar cambios erosivos o destructivos en las estructuras articulares.

CUADRO 372–1Manifestaciones musculoesqueléticas de la artritis inducida por cristales

GOTA

PATOGENIA

La gota es un trastorno metabólico hiperuricémico, casi siempre manifestado por artritis inflamatoria episódica con dolor discapacitante, que ocurre en varones de edad madura a avanzada y en mujeres posmenopáusicas. Se origina por un aumento en la reserva corporal de urato debido a hiperuricemia crónica, lo que conduce a la supersaturación y formación de cristales, con depósito de MSU dentro de las articulaciones y tejido conjuntivo (fig. 372–1). Sin tratamiento, la gota puede evolucionar a artritis gotosa crónica, frecuentemente con sinovitis persistente de baja intensidad y deformidades erosivas por el depósito creciente de cristales de MSU. Los seres humanos son los únicos mamíferos con desarrollo espontáneo conocido de gota, ya que a menudo desarrollan hiperuricemia por la pérdida evolutiva de la uricasa en la especie, enzima que convierte el urato en el compuesto muy hidrosoluble alantoína. Aunque la hiperuricemia crónica es un requisito para el desarrollo de ...

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