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La hemorragia intracraneal es una forma de apoplejía (cap. 426). En comparación con la apoplejía isquémica, los pacientes con hemorragia intracraneal tienen más probabilidad de presentar cefalea; sin embargo, se requieren estudios de imagen encefálica para diferenciar entre estos trastornos. La CT de la cabeza es muy sensible y específica para la hemorragia intracraneal y para determinar la ubicación del sangrado. Las hemorragias se clasifican con base en su ubicación y la enfermedad vascular de fondo. En este capítulo se revisará la hemorragia que ocurre directamente en el interior del parénquima cerebral, también conocida como hemorragia intracerebral (ICH, intracerebral hemorrhage) y las malformaciones arteriovenosas (AVM, arteriovenous malformations) del encéfalo. Otras categorías de hemorragia incluyen sangrado a los espacios subdural y epidural, por lo general causados por traumatismos (cap. 443) y hemorragia subaracnoidea por traumatismo o rotura de un aneurisma intracraneal (cap. 429).
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La hemorragia intracraneal suele descubrirse al realizar una CT encefálica sin contraste durante la valoración inmediata de una enfermedad cerebrovascular. Como la CT se encuentra ampliamente disponible y es más fácil de realizar que la MRI, los estudios de imagen con CT suelen ser el método preferido para la valoración de la apoplejía aguda (fig. 428–1). La ubicación de la hemorragia reduce el número de diagnósticos diferenciales a unas cuantas posibilidades. En el cuadro 428–1 se enumeran las causas y los espacios anatómicos de las hemorragias.
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