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La pandemia de SARS-CoV-2 ha producido una explosión en el uso de la telemedicina. En Estados Unidos, las visitas por vídeo que antes no eran rembolsadas por los programas de pago patrocinados por el gobierno se volvieron reembolsables.
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Además de la necesidad evidente de estar “en persona” para una flebotomía, electrocardiograma u otros procedimientos, han surgido preocupaciones de que algunas pruebas diagnósticas (p. ej., detección de cáncer) u otro procedimiento vital para el mantenimiento de la salud (p. ej., vacunación programada) podrían subutilizarse porque ahora resultan comparativamente inconvenientes.
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Otros aspectos de la gestión de la práctica, como el llenado de formatos, programación y seguimiento, se están desplazando a plataformas “virtuales”, lo que podría hacer que la atención remota fuera cada vez más completa y sostenible.
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Aún está por verse si los cambios en la política y el reembolso implementados durante la pandemia se revertirán con el regreso a la “nueva normalidad” después de la pandemia o serán permanentes.
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Kichloo A et al. Fam Med Community Health. [PMID: 32816942]