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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Pérdida súbita de la visión monocular.

  • Ausencia de dolor y enrojecimiento.

  • Hinchazón y palidez difundida o de áreas de la retina.

GENERALIDADES

En pacientes ≥ 50 años con oclusión de la arteria central de la retina debe considerarse la posibilidad de arteritis de células gigantes (véanse Neuropatía óptica isquémica y el cap. 20). Por lo demás, incluso si la oftalmoscopia no identifica émbolos retinianos, debe iniciarse su investigación urgente para determinar si provienen de carótidas y corazón en la oclusión de la arteria central de la retina y sus ramas, de tal manera que el tratamiento oportuno permita reducir el riesgo de apoplejía (cap. 12, 14 y 24). Entre los factores etiológicos comunes figuran la diabetes mellitus, hiperlipidemia e hipertensión sistémica. También la migraña (jaqueca), los anticonceptivos orales, la vasculitis sistémica, la trombofilia congénita o adquirida y la hiperhomocisteinemia son causas, sobre todo en sujetos jóvenes. De igual forma, otra posibilidad es la disección de la arteria carótida interna, en especial cuando hay dolor en el cuello o antecedentes recientes de un traumatismo en esa zona. Las oclusiones en múltiples ramas de la arteria retiniana, que pueden ser asintomáticas, junto con la encefalopatía y la hipoacusia, son signos característicos del síndrome de Susac.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

A. Síntomas y signos

La oclusión de la arteria central de la retina se manifiesta por una pérdida repentina y profunda de la visión monocular. La agudeza visual se limita casi siempre solo a contar dedos o es peor aún y el campo visual se circunscribe a un islote de visión en el cuadrante temporal. En la oftalmoscopia se identifica hinchazón pálida de la retina con una zona de color rojo cereza en la fóvea (eFig. 7–51). Hay estrechamiento de las arterias retinianas; se observa en las venas una segmentación del torrente sanguíneo a manera de un “convoy”. En ocasiones se identifican émbolos en la arteria retiniana central o sus ramas. La hinchazón retiniana cede en un periodo de cuatro a seis semanas y deja una papila óptica pálida con adelgazamiento de la retina interna en las imágenes por tomografía de coherencia óptica.

EFIGURA 7–51.

Oclusión aguda de la arteria central de la retina con mancha rojo cereza (flecha) visto en la fóvea centrado en la pérdida macular de transparencia retiniana y retina conservada (puntas de flecha) adyacentes a la papila óptica debido a la irrigación de la arteria ciliorretiniana. (Tomada de Esther Posner. Reproducido con autorización a partir de Riordan-Eva P, Augsburger JJ. Vaughan & Asbury’s General Ophthalmology, 19th ed. McGraw-Hill, 2018.)

La oclusión de una rama arterial retiniana también puede manifestarse con pérdida súbita de la visión, si hay compromiso de la fóvea, pero más a ...

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