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1. RETINOPATÍA DIABÉTICA
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
La retinopatía ocurre en casi 33% de todos los diabéticos diagnosticados.
El cuadro surge en casi 20% de los sujetos con diabetes de tipo 2 para la fecha del diagnóstico.
Veinte años después del diagnóstico de diabetes, el 99% de los diabéticos tipo 1 y 60% de los diabéticos tipo 2 tienen retinopatía diabética.
Retinopatía diabética no proliferativa: puede ser leve, moderada o grave. Los cambios microvasculares se limitan a la retina.
Retinopatía diabética proliferativa: se forman nuevos vasos sanguíneos en la superficie de la retina, nervio óptico o iris.
Edema macular diabético: edema de la retina central; puede ocurrir con cualquier gravedad de la retinopatía diabética; reduce la agudeza visual si hay compromiso central.
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La retinopatía diabética se intensifica en una tercera parte de los pacientes con diabetes diagnosticada; una tercera parte de ellos muestra un cuadro que pone en peligro la visión. En Estados Unidos afecta a cerca de 4 millones de personas y es la causa principal de ceguera de reciente aparición en adultos de 20 a 65 años; se ha incrementado el número de individuos afectados de ≥ 65 años. En el mundo, cerca de 93 millones de pacientes tienen retinopatía diabética, incluidos 28 millones con un cuadro que compromete la visión. La prevalencia y gravedad de la retinopatía aumentan conforme lo hace la duración de la diabetes y su control es insatisfactorio. En la diabetes de tipo 1, la retinopatía no es detectable al menos durante cinco años después de su diagnóstico. En la diabetes de tipo 2, la afectación de la retina aparece en casi 20% de los pacientes para la fecha del diagnóstico, probablemente por diabetes de larga evolución no diagnosticada. La afección macular es la causa más común de ceguera secundaria a diabetes tipo 2.
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Hay dos categorías principales de retinopatía diabética: proliferativa y no proliferativa. El edema macular diabético puede ocurrir en cualquier etapa. La retinopatía diabética se clasifica en forma general en no proliferativa, que se subclasifica en leve, moderada o grave, o proliferativa, que es menos frecuente, pero origina una pérdida visual más acusada.
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La retinopatía (“antecedentes”) no proliferativa representa la etapa más temprana de la retinopatía diabética (eFig. 7–54, 7–55, y 7–56). Durante esta etapa, los capilares retinianos exudan proteínas, lípidos o células rojas a la retina. Cuando este proceso ocurre en la mácula (edema macular clínicamente significativo), el área de mayor concentración de células visuales, interfiere con la agudeza visual. La afectación de la mácula es la causa más frecuente de ceguera legal en la diabetes de tipo 2.
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