La otalgia puede ser resultado de diversos problemas otológicos; los más frecuentes son otitis externa y otitis media aguda. En la otoscopia neumática deben diferenciarse ambos problemas. El dolor que no guarda proporción con los hallazgos físicos puede deberse a herpes zóster ótico, sobre todo cuando hay vesículas en el meato auditivo o en la concha de la oreja. El dolor y la secreción óticos persistentes sugieren osteomielitis de la base craneal o cáncer; los pacientes con estas molestias deben referirse con un especialista.
Son diversas las causas no otológicas de la otalgia. La inervación sensitiva del oído proviene de los nervios trigémino, facial, glosofaríngeo, vago y cervical superior. Dicha inervación abundante hace muy frecuente la otalgia referida. La disfunción de la articulación temporomandibular es una causa común de otalgia. El dolor empeora con la masticación o el rechinido psicógeno de los dientes (bruxismo) y puede vincularse con mala oclusión dental. El tratamiento incluye dieta blanda, calor local en los músculos de la masticación, masaje, antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, nonsteroidal anti-inflamatory drugs) y referencia al odontólogo. Puede haber episodios repetidos de otalgia lancinante en la neuralgia del glosofaríngeo. El tratamiento con carbamazepina (100 a 300 mg por VO cada 8 h) produce a menudo alivio sintomático sustancial. Las infecciones y neoplasias que afectan la bucofaringe, laringofaringe y laringe causan con frecuencia otalgia. Si hay dolor persistente del oído se debe referir al especialista para descartar cáncer en el sitio donde confluyen el aparato respiratorio y digestivo.