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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Con frecuencia hemorragia unilateral de la cavidad nasal anterior.
La mayor parte de los casos puede tratarse con buenos resultados mediante la presión directa sobre el sitio hemorrágico durante 15 min. Cuando esto no tiene efecto, suelen ser eficaces los simpaticomiméticos tópicos y varios métodos de taponamiento nasal.
La epistaxis posterior, bilateral o muy abundante debe atenderse de inmediato por un especialista y en instalaciones de cuidados intensivos.
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En las instituciones de atención primaria, la epistaxis es un problema muy común. La hemorragia es más frecuente en la región anterior del tabique, donde la confluencia venosa crea un plexo venoso superficial (plexo de Kisselbach). Los factores predisponentes son traumatismo nasal (picarse la nariz, cuerpos extraños, limpiarse la nariz con fuerza), rinitis, sequedad de la mucosa nasal por humedad escasa u oxígeno nasal complementario, desviación del tabique nasal, ateroesclerosis, telangiectasia hemorrágica hereditaria (síndrome de Osler-Weber-Rendu), inhalación nasal de cocaína u otra droga y consumo de alcohol. La hipertensión mal controlada se relaciona con epistaxis. Los anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios pueden relacionarse con mayor incidencia de epistaxis y de recurrencia de esta, además de mayores dificultades para controlar la hemorragia, aunque no causan epistaxis.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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Pueden indicarse pruebas de laboratorio para analizar los parámetros hemorrágicos, sobre todo en casos recurrentes. Una vez que pasa el episodio agudo, se realiza exploración cuidadosa de la nariz y los senos paranasales para descartar neoplasia y telangiectasia hemorrágica hereditaria.
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Debe repetirse la valoración en busca de hipertensión de importancia clínica, y el tratamiento debe instituirse después de controlar la epistaxis y retirar cualquier tapón.
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Casi todos los casos de epistaxis anterior se tratan de forma satisfactoria con presión directa sobre el sitio mediante compresión directa de las narinas durante 15 min (efig. 8–4). La presión venosa se reduce en posición sedente y una inclinación ligera hacia el frente disminuye la deglución de sangre. También pueden ser útiles los descongestionantes tópicos nasales de acción corta (p. ej., fenilefrina, solución al 0.125% a 1%, una o dos pulverizaciones) que actúan como vasoconstrictores. Cuando la hemorragia no cede con facilidad, se explora la nariz con buena iluminación y un dispositivo de aspiración para tratar de localizar el sitio de la hemorragia. La cocaína tópica al 4%, aplicada en forma de pulverizaciones o con una tira de algodón, sirve como anestésico y vasoconstrictor. Si no se cuenta con cocaína, un descongestionante tópico (p. ej., oximetazolina) y un anestésico tópico (como tetracaína o lidocaína) producen resultados similares. Cuando el sitio hemorrágico es visible, se cauteriza con nitrato de plata, diatermia o electrocauterio. Un parche complementario de malla hemostática absorbible o esponja de gelatina absorbible sirve de barrera a la humedad, al igual que el ungüento con base de petróleo, para evitar la sequedad y la formación de ...