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INTRODUCCIÓN

La obstrucción traqueal puede ser intratorácica (por debajo de la escotadura supraesternal) o extratorácica. La obstrucción traqueal fija puede ser consecuencia de estenosis traqueal adquirida o congénita, neoplasias traqueales primarias o secundarias, compresión extrínseca (tumores de pulmón, timo o tiroides; linfadenopatía; anillos vasculares congénitos; aneurismas, etc.), aspiración de cuerpo extraño, granulomas y papilomas traqueales y traumatismo de la tráquea. La traqueomalacia, la aspiración de cuerpos extraños y las secreciones retenidas pueden ocasionar obstrucción traqueal variable.

Por lo regular, la estenosis traqueal adquirida es secundaria a una traqueotomía o intubación endotraqueal previa. Se presentan disnea, tos e incapacidad para eliminar secreciones pulmonares semanas a meses después de retirar las cánulas (tubos) o de la extubación traqueal. Es posible que no haya datos físicos hasta que el diámetro traqueal se reduzca 50% o más; en ese momento se detectan sibilancias, un frémito traqueal palpable y respiración difícil (audio 9–9). El diagnóstico casi siempre se confirma con radiografías simples o CT de la tráquea. Las complicaciones son infección pulmonar recurrente e insuficiencia respiratoria que pone en peligro la vida. El tratamiento se centra en asegurar la respiración (ventilación) mecánica adecuada, suministrar oxigenación adecuada y evitar los procedimientos de manipulación que pueden incrementar el edema de la mucosa traqueal. En ocasiones se necesita reconstrucción quirúrgica, prótesis endotraqueal o fotorresección con láser.

La estenosis subglótica idiopática es una enfermedad fibrótica de etiología desconocida que causa obstrucción de la vía respiratoria central inferior a la glotis. Debido a que es un diagnóstico de exclusión, el diagnóstico casi siempre es tardío. Las modalidades terapéuticas más frecuentes son procedimientos endoscópicos y cirugía.

La obstrucción bronquial puede ser causada por secreciones pulmonares retenidas, broncoaspiración, cuerpos extraños, broncomalacia, carcinoma broncógeno, compresión por tumoraciones extrínsecas y metástasis tumorales en las vías respiratorias. Los datos clínicos y radiográficos varían con la localización de la obstrucción y el grado de estenosis de las vías respiratorias. Los síntomas incluyen disnea, tos, sibilancias y, en presencia de infección, fiebre y escalofrío. Un antecedente de neumonía recurrente en el mismo lóbulo o segmento, o la resolución lenta (más de tres meses) de una neumonía en radiografías sucesivas, sugieren la posibilidad de obstrucción bronquial y la necesidad de broncoscopia.

Los datos radiográficos incluyen atelectasia (colapso local del parénquima), infiltrados posobstructivos y atrapamiento de aire por obstrucción espiratoria unidireccional. La CT demuestra la naturaleza y localización exacta de la obstrucción de los bronquios centrales. En ocasiones, la MRI define mejor que la CT la extensión de la enfermedad subyacente en el hilio, pero por lo general se reserva para los casos en los que los hallazgos de la CT son ambiguos. El estudio diagnóstico definitivo es la broncoscopia, en particular si se sospecha tumor o aspiración de cuerpo extraño. Reconocer ruidos respiratorios tubulares en la exploración física o un broncograma aéreo en la radiografía de tórax en un área de atelectasia descarta la obstrucción completa ...

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