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Es necesario distinguir entre las neoplasias benignas del hígado y cuadros como el carcinoma hepatocelular, el colangiocarcinoma intrahepático y metástasis (cap. 39). El tumor de hígado más frecuente es el hemangioma cavernoso, que a menudo constituye un hallazgo incidental en la ecografía o la CT (eFig. 16–42). Esta lesión puede crecer en mujeres que se someten a tratamiento hormonal y debe diferenciarse de otras lesiones intrahepáticas, casi siempre por MRI con contraste, CT o ecografía (eFig. 16–43). En casos raros, para distinguir estas lesiones es necesaria la biopsia con aguja fina, que al parecer no implica riesgo alto de hemorragia. Con poca frecuencia es necesaria la resección quirúrgica de hemangiomas cavernosos, pero puede ser necesario para el tratamiento del dolor abdominal o si hay rápido crecimiento, con el fin de descartar cáncer o para el tratamiento del síndrome de Kasabach-Merritt (coagulopatía de consumo como complicación de un hemangioendotelioma o un hemangioma de rápido crecimiento, por lo general en lactantes).
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Además de los casos excepcionales de dilatación sinusoidal y peliosis hepática, se han descrito dos lesiones benignas con características clínicas, radiográficas e histopatológicas distintivas: hiperplasia nodular focal y adenoma hepático. La primera ocurre en todas las edades y en ambos sexos y es probable que no se deba a los anticonceptivos orales. A menudo es asintomática y aparece como una tumoración hipervascular, a menudo con una cicatriz “estelar” hipodensa central en la ecografía con contraste, la CT o la MRI (eFig. 16–44). En el estudio microscópico, la hiperplasia nodular focal consiste en unidades hiperplásicas de hepatocitos que captan el colorante para identificar glutamina sintetasa, con una cicatriz estrellada central que contiene conductillos biliares en proliferación (eFig. 16–45). No es una neoplasia verdadera, sino una proliferación de hepatocitos en ...