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La presión arterial debe medirse con un esfigmomanómetro bien calibrado. La anchura de la hoja dentro del manguito debe abarcar cuando menos 80% de la circunferencia del brazo. Las lecturas deben obtenerse previo descanso del paciente por al menos 5 min, con la espalda apoyada en posición sedente o en decúbito dorsal, y por lo menos 30 min después de fumar o beber café. En la página electrónica http://www.abdn.ac.uk/medical/bhs/tutorial/tutorial.htm puede consultarse la técnica correcta. Las lecturas de presión arterial automáticas en el consultorio, obtenidas con dispositivos que permiten múltiples mediciones automáticas después de un periodo de reposo programado, suministran datos independientes del sesgo por preferencia de dígito (la tendencia a favorecer los números que terminan con cero o cinco) y el fenómeno de “bata blanca” (elevación de la presión arterial en la clínica, pero no en casa). Las mediciones de la presión arterial realizadas fuera del consultorio, ya sea por autovigilancia intermitente (registro de la presión arterial en el domicilio) o con un dispositivo automático programado para efectuar mediciones a intervalos regulares (registro ambulatorio de la presión arterial) son elementos predictivos de los resultados más potentes y se sugieren en las guías clínicas. Los registros en el domicilio también son útiles para diferenciar la hipertensión “de bata blanca” de la hipertensión resistente al tratamiento y del diagnóstico de “hipertensión no detectada” (cuando la presión arterial es normal en la clínica, pero alta en casa). El riesgo cardiovascular relacionado con la hipertensión no detectada es similar al de la hipertensión sostenida.
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Para establecer el diagnóstico de hipertensión no es suficiente una sola lectura de presión arterial elevada. Las principales excepciones a esta regla son las manifestaciones de hipertensión con datos inequívocos de daño a órgano terminal, como se observa en las urgencias hipertensivas en las que la presión arterial es > 220/125 mmHg, pero no se observan datos de daño a órgano terminal que pongan en riesgo la vida. En situaciones menos graves, el diagnóstico de hipertensión depende de varias mediciones de la presión arterial porque las lecturas pueden variar y por lo regular regresan a la media con el tiempo. Los individuos cuya presión arterial inicial se encuentra en los límites de la hipertensión muestran el mayor descenso hacia los límites normales entre la primera y segunda visitas. Sin embargo, es necesario equilibrar el interés en la precisión diagnóstica con la importancia de establecer el diagnóstico de hipertensión cuanto antes, ya que un retraso de tres meses en el tratamiento en pacientes de alto riesgo se acompaña de incremento al doble de la morbilidad y mortalidad cardiovasculares. Con base en los datos epidemiológicos se revisó el límite convencional de 140/90 mmHg para el diagnóstico de hipertensión y se redefinieron las etapas de la hipertensión. Las guías de 2017 del American College of Cardiology y la American Heart Association (ACC/AHA) sugieren que para la medición convencional en el consultorio, lo normal debe definirse como < 120/80 mmHg, elevada como 120–129/< ...